El Play-In, innecesario experimento en la Liga MX, ha sido testigo de numerosos cambios y experimentos en sus formatos y reglas a lo largo de los últimos años.
Sin embargo, pocos han generado tanta polémica y confusión como el play-in.
Este formato, que busca determinar a los últimos equipos clasificados a la liguilla.
En primer lugar, el play-in genera una sensación de injusticia y desigualdad entre los equipos. Los equipos que terminan en los lugares 9 y 10 de la tabla general deben jugar un partido adicional contra el lugar 7 y 8 para determinar quién se queda con los últimos boletos para la liguilla.
Esto puede ser perjudicial para los equipos que han trabajado duro todo el torneo y que se ven obligados a jugar un partido adicional para mantener sus esperanzas vivas.
Sin sorpresas el reciente Play-In
El ejemplo más claro sucedió este fin de semana, donde Tijuana siendo 7 y América siendo 8, avanzaron a la liguilla tras ganar sus respectivos encuentros.
Es como si hubieran avanzado a la siguiente fase como regularmente se lograba, los primeros 8 de la tabla clasificaban.
Además, el play-in puede generar una falta de competitividad y emoción en la liguilla.
Si un equipo se clasifica a la liguilla después de jugar el play-in, puede sentirse agotado y sin energías para competir contra los mejores equipos de la liga.
Y los equipos que entran directamente pueden perder ritmo de juego y tener una severa desventaja, con más razón en este torneo donde al finalizar tuvieron que esperar tanto la fecha FIFA, como el Play-in.
No es necesario
En conclusión, el play-in es un innecesario y confuso experimento en la Liga MX.
Genera injusticia y desigualdad entre los equipos, y puede llevar a una falta de competitividad y emoción en la liguilla, ya bastante falta de competencia es el no tener descenso a segunda división.
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