Sheinbaum rinde su primer informe: continuidad, cifras y sombras por resolver marcan sus primeros 11 meses de gestión.
Nuestra Opinión
Este lunes, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó su primer informe de Gobierno, correspondiente a sus primeros once meses de gestión. Un mensaje sobrio, lleno de cifras, sin excesos retóricos, que sirvió para reiterar la continuidad de muchas políticas previas, al tiempo que mostró algunos logros tempranos de su administración.
Sheinbaum abrió con datos sobre reducción de la pobreza y desigualdad, cifras que en realidad corresponden al Gobierno anterior, pero que sirvieron para establecer un puente con su visión del desarrollo económico, el llamado “humanismo mexicano”. Así, recordó que en seis años se logró sacar a más de 13 millones de personas de la pobreza, consolidando a México como uno de los países con menor desigualdad en América, solo detrás de Canadá.
En materia legislativa, el informe destacó reformas aprobadas entre 2024 y 2025, la mayoría planteadas por la administración pasada. Algunas, como la prohibición de vapeadores, tienen poco impacto, mientras que otras, como la reforma al Poder Judicial y el reconocimiento a pueblos indígenas y afromexicanos, son trascendentales y muestran cambios significativos en derechos y estructuras de poder.
El mejor desempeño del Gobierno, según el informe, se observa en seguridad pública. Las cifras muestran caídas continuas en delitos de alto impacto, resultado de un cambio de estrategia: el fin de los “abrazos, no balazos” y un mayor uso de inteligencia policial han generado resultados tangibles y mejor percepción ciudadana.
CORRUPCIÓN, UN PENDIENTE
Sin embargo, la corrupción sigue siendo un pendiente. Sheinbaum apenas la mencionó y no presentó avances concretos en investigaciones o acciones destacables. Este silencio resulta revelador, sobre todo considerando que la ciudadanía percibe este tema como prioritario y que los indicadores muestran poco progreso. La omisión es una oportunidad de mejora clara para la administración.
En economía, la presidenta mostró un optimismo poco fundado: prevé un crecimiento de 1,2% en 2025, cuando el primer semestre registró apenas 0,4% de aumento del PIB. Alcanzar la meta requeriría un segundo semestre con crecimiento cercano al 2%, lo que luce complicado ante la baja actividad de sectores clave y la incertidumbre interna y externa, incluidos los riesgos derivados del TMEC y de las reformas recientes.
RECLAMO AL EMPRESARIADO MEXICANO
Además, Sheinbaum lanzó un reclamo al empresariado mexicano, pidiendo mayor compromiso y visión, sin reconocer que el entorno para la inversión se ha visto limitado tanto por factores externos, como amenazas de aranceles de Trump, como internos, derivados de reformas que generan incertidumbre y cambios regulatorios.
En síntesis, el primer informe de Claudia Sheinbaum fue balanceado y sobrio, con logros y desafíos claros. La continuidad de políticas, la mejora en seguridad y el manejo de relaciones internacionales son puntos fuertes, mientras que la corrupción y la incertidumbre económica permanecen como asuntos pendientes. Este primer ejercicio evidencia una administración en transición, marcada por la sombra de López Obrador y la presión de factores externos, pero con indicios de nuevas perspectivas y estrategias propias.






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