La sorprendente captura de ‘El Mayo’ y Joaquín Guzmán López plantea interrogantes sobre la cooperación entre México y EE.UU., mientras Biden celebra el éxito de la DEA.
NUESTRA OPINIÓN
La repentina aparición del legendario narcotraficante mexicano Ismael ‘El Mayo’ Zambada en un pequeño aeropuerto de El Paso, Texas, acompañada por Joaquín Guzmán López, hijo del célebre criminal Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, ha dejado al mundo atónito. Esta captura inesperada se asemeja a un «regalo» de Navidad anticipado entregado por la DEA a la Administración saliente del presidente Joe Biden.
Biden, criticado por no reducir el flujo de drogas, especialmente de fentanilo, desde México, ve en este arresto una oportunidad para fortalecer su posición. Incluso, el reciente candidato a la vicepresidencia republicano, J.D. Vance, ha culpado a las drogas provenientes de México por las adicciones que afectaron a su madre, destacando el impacto devastador del narcotráfico en su vida personal. La captura de estos dos narcotraficantes beneficiará enormemente la campaña de Kamala Harris, quien podrá reforzar su imagen como una fiscal implacable que, como presidenta, enfrentará sin miedo a los criminales.
TEORÍAS DE TRAICIÓN
Las circunstancias en las que estos dos criminales llegaron a Estados Unidos generarán un impacto significativo en la cooperación entre México y EE.UU. Existen varias teorías sobre lo sucedido: pudieron haber sido traicionados y engañados para abordar el avión, creyendo que visitarían algún laboratorio o narco-cultivo en la frontera, solo para ser llevados ilegalmente a Estados Unidos. Otra posibilidad es que negociaron su entrega buscando una reducción de la pena y protección a cambio de información crucial para desarticular la organización delictiva más antigua de México. También cabe la especulación de una traición interna, dada la enemistad y competencia generacional entre ‘El Mayo’ y ‘El Chapito’.
En las próximas horas, seguramente se conocerá la verdad detrás de este suceso. Sin embargo, independientemente de la verdad política o jurídica, la detención de estos capos tendrá un profundo impacto en la política exterior y la cooperación entre ambos países.
Es evidente que este «operativo» no fue coordinado con el Gobierno de México. La administración de Andrés Manuel López Obrador ha adoptado una postura «benevolente» y respetuosa hacia el Cártel de Sinaloa y la familia Guzmán. Las reuniones con la madre de ‘El Chapo’ Guzmán, las visitas a Badiraguato y las alusiones respetuosas al «Señor Guzmán» son solo algunas de las señales de esta relación. El actual gobierno mexicano ha mostrado su descontento con la DEA y sus operativos, que perciben como una violación a la soberanía nacional. Los reportajes sobre supuestas reuniones entre el equipo de campaña de López Obrador y representantes del narcotráfico han añadido tensión a esta relación.
VACÍO DE PODER Y LIDERAZGO
A corto plazo, es probable que la captura de ‘El Mayo’ y ‘El Chapito’ genere un vacío de poder y liderazgo que podría desencadenar una guerra intestina entre organizaciones criminales en México y otros países donde opera el Cártel de Sinaloa. Además, ambos detenidos tienen acceso a información comprometedora sobre el funcionamiento de las organizaciones criminales y sus vínculos con funcionarios del gobierno actual y anteriores administraciones.
No sería sorprendente que este acontecimiento agrave aún más los problemas de cooperación entre México y Estados Unidos, al menos hasta que Claudia Sheinbaum asuma la presidencia y redefina la relación bilateral con el problemático vecino del norte.
La captura de ‘El Mayo’ Zambada y Joaquín Guzmán López seguramente causará insomnio a muchos funcionarios y políticos, actuales y pasados, ante las posibles revelaciones que podrían hacer a las autoridades estadounidenses.
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