La caída del PRI marca un punto de inflexión en la política mexicana, evidenciando la fuerza de Morena y la necesidad de reinvención del partido histórico.
NUESTRA OPINIÓN
Las elecciones celebradas en México el domingo 2 de junio arrojaron un resultado sorprendente para el joven partido del Gobierno, Morena. Se esperaba que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ganara con ventaja, pero pocos anticipaban la enorme mayoría que han logrado en las Cámaras legislativas. Este resultado pone en evidencia la crítica situación del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó México durante siete décadas.
El PRI obtuvo algo más de 5,4 millones de votos, menos del 10% del total, con una participación del 60% de los 98 millones de electores, traduciéndose en alrededor de 34 diputados de un total de 500, y 17 senadores. Dulce María Sauri, una figura histórica del partido, señala que «la situación es crítica, muy delicada, su descenso es consistente durante años».
La descomposición del PRI
El Estado de México, considerado el bastión del PRI, ha sido perdido. La última candidata a la gubernatura en esa entidad, Alejandra del Moral, se ha pasado a Morena, y el gobernador Alfredo del Mazo fue expulsado del partido por «traidor». Actualmente, el PRI solo conserva dos estados de 32, Durango y Coahuila.
En julio del año pasado, un grupo de senadores abandonó el partido por discrepancias con la dirección, incluyendo a Claudia Ruiz Massieu, ex secretaria general y presidenta del partido. El partido no solo ha perdido militantes, sino también su capacidad de renovación y reclutamiento de nuevos miembros.
Un nuevo escenario político
La victoria de Andrés Manuel López Obrador en 2018 marcó un cambio de paradigma. Morena ha exhibido una fuerza arrolladora mientras el PRI continúa su decadencia. Alejandro Moreno, conocido como «Alito», ha sido una figura polémica en la dirigencia del PRI, incapaz de detener la sangría de votos y militantes.
El PRI enfrenta desafíos internos y externos. La propuesta de López Obrador de eliminar las candidaturas plurinominales podría ser un golpe mortal para el partido como una fuerza minoritaria. Otto Granados, ex secretario de Educación, compara al PRI con Morena, señalando que ambos son más movimientos que partidos orgánicos. La falta de adaptación del PRI a la diversidad de la sociedad mexicana y su desconexión con la ciudadanía han sido factores clave en su declive.
Reflexiones sobre el futuro del PRI
El PRI nunca fue un partido clásico, sino una manera de hacer política que ahora se ve superada por nuevos movimientos. Rogelio Hernández, profesor del Colegio de México, señala que el PRI acumuló conflictos sociales, políticos y económicos que le generaron un enorme desprestigio.
Dulce María Sauri sugiere que el partido podría desaparecer en las elecciones de 2030 si no se enfrenta a una verdadera resignificación. Propone que el PRI debe liberarse de su dirigencia actual y enfocarse en reconstruir su conexión con la ciudadanía.
Conclusión
El panorama político en México está cambiando rápidamente. El PRI, una vez dominante, ahora lucha por mantenerse relevante en un sistema político que se encamina hacia un posible bipartidismo. La capacidad de Morena para capturar la atención y el apoyo del electorado refleja una transición hacia un nuevo orden político, mientras que el PRI debe encontrar la manera de reinventarse si quiere sobrevivir en el futuro.
La caída del PRI representa un punto de inflexión en la política mexicana, y solo el tiempo dirá si podrá adaptarse y resurgir de sus cenizas o si se desvanecerá en la historia como un gigante caído.
0 comentarios