- Hospital General de Torreón, una operación fallida.
- Las fracturas físicas en la infraestructura también dañaron la solidez administrativa.
- Las recomendaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila no cambiaron la situación.
Muy lejos se ha quedado el Hospital General de Torreón de cumplir su misión y visión a nueve años de que se inauguraron sus recientes instalaciones: “ser una unidad de excelencia en la prestación de servicios de salud de especialidades médicas suficientes y eficaces en todos los niveles”, se asienta en el Manual de Organización de este instituto el cual, desde la construcción del actual edificio, acusaba fallas en la infraestructura, así lo reconoció en su momento quien fuera uno de sus directores, Luis Gerardo del Moral Rossete.
Desde el comienzo la obra tuvo problemas en el flujo de financiamiento y, de acuerdo al galeno, esta situación obligó a la contratación de diez empresas constructoras durante un periodo de cinco años; es la justificación que se difunde para explicar fallas como el brote de aguas negras de las alcantarillas aún antes de su funcionamiento, y las constantes goteras cada que llueve a pesar de que han impermeabilizado en varias ocasiones el techo, el cual fue realizado sin el declive necesario para la circulación del agua pluvial.
Este hospital lo inauguró el entonces gobernador Rubén Moreira Valdés el 5 de agosto de 2015, su planeación comenzó en el sexenio de su hermano Humberto. Del monto de la inversión se manejaron dos cifras, según la fuente que se consulte, pero incluso la más baja representó un monto excedido en 47 millones 260 mil pesos, de acuerdo a los cálculos de la Secretaría de Infraestructura de Coahuila: “233.6 millones de pesos se ejercieron en obra, con un excedido de 47.26 millones del presupuesto planteado”, informó la entonces titular de aquella secretaría María Esther Monsiváis Guajardo.
‘TECNOLOGÍA DE PUNTA’ QUE DEJÓ DE FUNCIONAR
El resto del dinero se distribuyó para la adquisición de equipo e instrumental médico y “tecnología de punta” que al poco tiempo dejó de funcionar. En este rubro se invirtieron 187 millones de pesos.
“El monto excedido de 47.26 millones de pesos, atiende a que este nuevo Hospital General cuenta con las acreditaciones hospitalarias en gastos catastróficos en cumplimiento de casi 700 conceptos de equipamiento, obra, insumos, normativas, servicios, capacitación y personal especializado que garantizan la alta calidad en el otorgamiento de la atención médica”, anunció sin recato el gobierno del estado, aun sabiendo de los problemas de infraestructura que se hallaban debajo del tapete.
Se aseguró entonces que este hospital cumplía de manera “muy estricta” con las normas y certificaciones, versión que mantuvo el gobierno hasta que empezaron a asomarse las imperfecciones que mantienen a este hospital en un estado de deterioro avanzado, antes de cumplir la década de su construcción.
El Hospital General de Torreón, se planeó para contar con 167 camas, la mayoría situadas en el área general; nueve en área de pediatría; 13 en área de urgencias; seis en área de terapia intensiva; 17 en área de Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN); cinco en área de recuperación (quirófanos); 11 en área de tococirugía.
El espacio se complementaba con el área de terapia intensiva; 18 consultorios de diferentes especialidades; 10 laboratorios, cinco quirófanos, cuatro salas de expulsión, imagenología, banco de sangre, central de esterilización y equipo; área de urgencias, salas de espera, área administrativa, sanitarios para personal, sanitarios para público, comedor, cocina, lavandería y morgue.
En resumen, aunque no resultó un hospital de alta especialidad como lo había concebido Del Moral Rossete, se convirtió en uno general que al poco tiempo mostró las carencias.

Observaciones de la Comisión de Derechos Humanos
Las fracturas físicas en la infraestructura también dañaron la solidez administrativa: esta nueva sede del Hospital General de Torreón ha tenido seis directores en nueve años: del 2015 a enero del 2017 lo dirigió Luis Gerardo del Moral Rossete, lo relevó Jaime Ortega Rodríguez quien solo aguantó once meses; continuó Francisco Javier Dorantes Monsiváis quien permaneció tres años; enseguida José Luis Cortés Vargas lo dirigió por un par de años hasta ser sustituido por la doctora Carmen López Rubio.
Las irregularidades también permearon la operatividad, de tal manera que el delegado sindical del Comité Ejecutivo Sección 87 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud promovió una queja en 2019 ante la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Coahuila de Zaragoza (CDHEC) por “la violación al derecho a la protección a la salud por inadecuada prestación de servicio público ofrecido por las dependencias del sector salud”.
Y es que se consideró que “se violaban los derechos de trabajadores por la falta de recursos humanos e insumos para atender la sobre demanda de trabajo del hospital; es común observar a un solo doctor atendiendo el área de urgencias poniendo con esta acción su estabilidad laboral en riesgo, así como el peligro latente de no dar una prestación oportuna, idónea y responsable al usuario como lo señala el artículo 51 de la Ley General de Salud…” se lee en la recomendación número 27/2019 de la CDHEC.
LARGA LISTA DE DEFICIENCIAS
La lista de deficiencias que se incluyen en la denuncia es larga, el líder sindical señaló la falta de “anestesiólogos, químicos, cirujanos, internistas; con todas estas deficiencias se vulneran los derechos humanos de personal y usuarios”, argumentó.
La queja se interpuso el 9 de julio de 2016, y la acompañó el funcionario sindicalista con la entrega de diez escritos que con antelación había entregado al entonces director del hospital, solicitándole personal “para reemplazar o acompañar a enfermeras y administrativos por ser insuficientes para atender la demanda”; también incluyó en la denuncia una serie de actas que presentó el quejoso a la Segunda Visitaduría Regional de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Coahuila de Zaragoza.
Para 2019 la plantilla de médicos era de 132, más otros profesionales, técnicos y demás que sumaban 600 trabajadores; aun así, fueron insuficientes ya que doblaban turnos o atendían solos áreas álgidas como la de urgencias.
Bancas en la sala de espera de urgencias eran insuficientes
El 30 de agosto de 2018 personal de la CDHEC, obligado por la denuncia, visitó el hospital y encontró que las bancas en la sala de espera de urgencias eran insuficientes, porque además es el área donde más se acumula la gente, es la de mayor demanda; y contrario a lo que podría esperarse, encontró los baños limpios, al igual que los pasillos y constató la limpieza en la manipulación de los alimentos; sin embargo advirtió “que los hechos expuestos por el quejoso (el líder sindical), constituyen violación a sus derechos humanos y a los de los usuarios del Hospital General de Torreón, por la Secretaría de Salud del Estado, debido a que, como ha quedado descrito, recibieron una negativa del derecho de petición así como una inadecuada prestación de servicio público por personal del Hospital General de Torreón que causaron retraso y deficiencia de servicios públicos de salud, respectivamente”.
Este análisis llevó a la CDHEC a determinar que sí existió una violación a los derechos humanos del quejoso, en consecuencia, “tiene derecho a que el Estado repare de manera integral y efectiva, el daño sufrido, por lo que resulta procedente emitir la presente Recomendación”.
Y puntualizó nueve recomendaciones enfocadas en la capacitación, la dotación de medicamentos, el deslinde de responsabilidades administrativas para que se informe de los medicamentos que hagan falta, exigió que se inspeccione sobre el material de curación y el instrumental médico, y que se impartan cursos de ética profesional dirigidos a los servidores públicos de la Secretaría de Salud del estado.

Enfermedad autoinmune
Las recomendaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila no cambiaron la situación del Hospital General de Torreón, continuaron apareciendo informaciones sobre el dañado estado del inmueble y también denuncias por la falta de atención ante la carencia de personal, una situación que se agravó ante el cambio de política pública que dio origen al Instituto de Salud para el Bienestar, el INSABI.
En el 2020 se consideraba un padrón de mil 600 beneficiarios del Seguro Popular que eran atendidos en este hospital, con la creación del INSABI esa cantidad aumentaría, así como las carencias.
Las acciones que pretendían remediar el estado físico de la obra ilustran los sobreprecios aceptados por la autoridad estatal y la baja calidad de los trabajos por parte de los proveedores, y es que en 2022 se gastó casi un millón de pesos en impermeabilizar una superficie de 1 mil 691 metros cuadrados, lo que equivale a un precio de 550 pesos por metro cuadrado, cifra cuatro veces más cara que el promedio del costo por este mantenimiento en azoteas, y a la postre no sirvió porque en la siguiente lluvia se volvió filtrar el agua.
A un año de aquella impermeabilizada, llovió en mayo, y se goteó.
En octubre de 2023 inauguraron la sala de hemodinamia, en la administración de Miguel Ángel Riquelme Solís, se enalteció la adquisición de un angiógrafo y otro en Saltillo, en los que invirtieron 85 millones de pesos; el equipo enfocado en reducir la tasa de mortalidad por enfermedades del corazón.
SUSPENDEN CONSULTAS
Ese mismo mes tuvieron que suspender las consultas de especialidades debido a las goteras copiosas; para febrero de este año, ante tanta falla, el Secretario de Salud estatal Eliud Felipe Aguirre, mencionó que estaban haciendo el diagnóstico de 137 centros de salud en el estado y que los dejarán “al cien por ciento”.
Pero en febrero pasado una mujer embarazada fue rechazada porque no había especialista que la atendiera. La madre dio a luz en su hogar con apoyo de paramédicos de la Cruz Roja, y cuando intentaron internarla nuevamente, el personal del hospital la rechazó por segunda vez.
El secretario de salud en el estado Eliud Felipe Aguirre Vázquez, informó sobre la inversión de 100 millones de pesos para los hospitales, entre éstos el General de Torreón, sin embargo, aquel monto se dividiría para los 163 centros de salud en todo Coahuila. Se repararían equipos de tomografía y hemodinamia averiados, aseguró.
Aquel mes quedó inactivo un quirófano debido a las lluvias, para entonces cumplía cuatro meses sin servicios de laboratorio por falta de material.

Cirugía mayor
“No van a ser parches, se tiene pensado hacerlo completo, son de los proyectos que se traen ya por parte de Obras Públicas” declaró Eliud Felipe.
Aunque todo mal tiene una explicación y en este caso la justificación ha sido “los grandes recortes del gobierno federal, inverosímiles, y a Coahuila le ha pegado muy duro y en el área de la medicina ha pegado duro”, justificó César del Bosque, jefe de la jurisdicción sanitaria número 6 en la entidad.
Estos recortes, más un adeudo de 80 millones de pesos por parte de la federación, es lo que impacta en el mantenimiento del Hospital General de Torreón, aseguran funcionarios de Coahuila quienes también anuncian una reparación integral para garantizar su funcionamiento y dejar de ponerle “parches” que, más que remediar, acrecientan el deterioro del hospital.
Para este año se le asignó a la Secretaría de Salud del estado un presupuesto superior a los mil 186 millones de pesos de recursos estatales, que se suman por transferencias a organismos descentralizados a poco más de 3 mil 400 millones de pesos, para un total redondeado de 4 mil 590 millones de pesos.
TERCER RUBRO DE PRIORIDAD
La salud, es el tercer rubro de prioridad del gasto de la actual administración, después del orden y seguridad y desarrollo humano.
Del monto estatal (1,186 millones de pesos) el 77 por ciento se destina a transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas, y el 9 por ciento a servicios personales, es decir sueldos.
Del monto federal la totalidad se destina a transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas.
Hay otro rubro que son los recursos concurrentes donde la federación y el estado suman dinero para el campo, la salud y la educación; aquí el monto para salud es de 939 millones de pesos de los cuales la federación aporta 660 millones y el estado de Coahuila poco más de 279 millones de pesos.
Los anuncios de una rehabilitación integral al Hospital General de Torreón continúan, y aunque se pide paciencia por parte de las autoridades, no se vislumbran todavía acciones contundentes para mejorar un trabajo deficiente.
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