• Crisis en el PAN Coahuila: renuncias, ruptura interna…
• El conflicto interno, que estalló por la dirigencia estatal, exhibe a un partido dividido y debilitado.

Saltillo, Coahuila.– La fractura al interior del Partido Acción Nacional (PAN) en Coahuila ha alcanzado niveles críticos tras la renuncia mediática de tres diputados locales a la fracción parlamentaria panista. Sin embargo, el deslinde no tiene efectos legales formales, lo que subraya la dimensión simbólica y política de una disputa que lleva meses gestándose y que amenaza con agudizar aún más la debilidad del partido en la entidad.

El pasado 10 de junio, las diputadas Blanca Lamas y Edith Hernández Sillas, junto con el legislador Alfredo Paredes, anunciaron públicamente su salida de la fracción “Alianza Ciudadana por la Seguridad”, integrada por PAN, PRI y PRD, para formar el llamado Grupo Parlamentario Manuel Clouthier. Sin embargo, no presentaron ningún oficio formal ante el Congreso del Estado, por lo que legalmente siguen perteneciendo al grupo panista.

Un conflicto que viene de lejos

El anuncio es el episodio más reciente de una larga bitácora de desencuentros entre este grupo de legisladores y la dirigencia estatal del PAN, encabezada por Gerardo Aguado, y ahora por la presidenta electa Elisa Maldonado. La inconformidad estalló desde marzo, cuando se le negó el registro a Blanca Lamas como aspirante a la dirigencia estatal, pese a haber cumplido con las firmas requeridas, pero no con la dispersión territorial exigida por los estatutos.

La elección interna del PAN se convirtió así en el detonante de una crisis que ha ido escalando en lo político, lo legislativo y lo institucional. Desde entonces, los tres diputados inconformes han acusado exclusión, falta de diálogo y manipulación del proceso interno. Incluso intentaron acercarse al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) en la Ciudad de México, pero rechazaron ingresar a una reunión de conciliación al percatarse de que Aguado y Maldonado ya estaban presentes.

“No hemos sido tomados en cuenta para ningún tema relacionado al PAN… desde el día uno al día de hoy no se ha convocado a una sola junta del grupo parlamentario”, declaró Alfredo Paredes durante la rueda de prensa del 10 de junio.

Un PAN debilitado en números y liderazgo

El conflicto ocurre en un contexto particularmente frágil para Acción Nacional en Coahuila. Tras haber sido segunda fuerza electoral en 2017, hoy el PAN es apenas la cuarta fuerza, con un raquítico 6% de votación en las últimas elecciones legislativas, y sólo pudo asegurar curules gracias a su alianza con el PRI. Ejemplo de esto es la diputada Claudia Aldrete, quien ganó con 44% de los votos, pero solo aportó un 2% por su cuenta.

En los comicios municipales de 2022, al ir en solitario, el PAN solo logró conservar la alcaldía de Cuatro Ciénegas, uno de los municipios más pequeños del estado. A nivel estatal, el partido apenas cuenta con cinco diputados y un alcalde, lo que vuelve más estridente cualquier división interna.

Ruptura sin efecto legal

Pese al anuncio del nuevo grupo parlamentario, ni en la Oficialía de Partes ni en la Oficialía Mayor del Congreso existe una renuncia formal. El anuncio más una estrategia de presión política, con la mirada puesta en la resolución de la impugnación de Blanca Lamas, dictada próximamente por la Sala Regional Monterrey del TEPJF.

De momento, Gerardo Aguado sigue al frente de la coordinación parlamentaria, acompañado únicamente por Claudia Aldrete, mientras que la figura del “Grupo Parlamentario Manuel Clouthier” no tiene reconocimiento legal dentro del Congreso, ya que la ley no permite crear nuevos grupos después del periodo de instalación.

PAN: ¿dividido o en descomposición?

La tensión ha colocado al PAN coahuilense en una crisis institucional profunda. Las diferencias ya no son solo de fondo, sino de forma: se acusan traiciones, se bloquean encuentros, se ignoran procesos internos y ahora se recurre a acciones simbólicas sin consecuencias legales.

Para muchos dentro y fuera del partido, el control de Aguado y Maldonado sobre el aparato estatal visto como una imposición, mientras que los disidentes se han posicionado como una oposición interna que clama por renovación y apertura.

Lo cierto es que, mientras no exista una formalización del deslinde ante el Congreso ni una resolución judicial de fondo, el PAN seguirá apareciendo dividido en discurso, pero unido en papel, una contradicción que evidencia su deterioro organizacional.