Coordinar para sumar. Gerardo Aguado analiza las implicaciones de la militarización de la seguridad pública y propone la coordinación como clave para el éxito, destacando el modelo de Coahuila como ejemplo.

Debemos ser muy claros, la discusión sobre la militarización en nuestro país no es nueva, desde hace cerca de 18 años, el debate y confrontación de ideas sobre ¿cuál es la mejor estrategia? en materia de seguridad, a acaparado la atención no solo de la clase política, si no también de la ciudadanía.

Recientemente se aprobó en el congreso de la unión la reforma constitucional que pasa el mando de la Guardia Nacional a la SEDENA; y esto sin duda es controversial por varias razones, y las voy a detallar una a una.

1.- Se supone que la Guardia Nacional tiene funciones preventivas en materia de seguridad pública, así como de Coadyuvancia en materia de procuración de justicia, funciones todas de las autoridades civiles. No del Ejército.

2.- Resulta extraño que, si durante casi todo el mandato de Obrador la seguridad pública federal estuvo militarizada por instrucciones suyas aunque no hubiera reforma constitucional, ahora nos han querido vender la idea de que incorporando formalmente la Guardia Nacional a la SEDENA es la solución a todos los problemas. Y si la Guardia Nacional no funcionó como se hubiese querido durante el Obradorato, porque debemos suponer que con la reforma constitucional, ¿ahora si las cosas van a funcionar?

3.- La función preventiva de la Seguridad Pública es una función altamente especializada, profesional, que demanda capacitación, entrenamiento, directivos capaces en la materia, estrategias y programas manejados por personas competentes. El Ejército es ajeno completamente a dichas capacidades y conocimientos, y resulta que serán ellos los que dirijan a la Guardia Nacional.

GUARDIA NACIONAL CON FACULTADES DE INVESTIGACIÓN

Peor aún, con la reforma se le atribuyen a la Guardia Nacional facultades de investigación, y esto enreda más todo, ¿cómo es que la Guardia Nacional llevará adelante dichas investigaciones, si de hecho ni las policías preventivas tienen capacidad ni entrenamiento para investigar delitos.

Aún recuerdo cuando Andrés Manuel, se opuso con todas sus fuerzas a lo que él llamó la militarización del país con Felipe Calderón y con Peña Nieto. ¿Porque cambió de opinión?

Ahora bien, no estoy condenando la invaluable tarea de Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea como coadyuvantes en tareas de seguridad pública, como fuerzas de seguridad capacitadas para enfrentar situaciones de alto peligro y para hacer frente a grupos armados con gran capacidad de fuego. En eso no tengo nada qué decir, y aplaudo y reconozco el trabajo de las fuerzas armadas.

Igualmente, es importante reconocer la invaluable labor del Ejército y la Marina al hacer presencia en zonas donde los estallidos de violencia necesitan acciones coordinadas de las fuerzas civiles de seguridad y de las militares para imponer el orden. Y, justamente ahí esta es la respuesta para conseguir el éxito en materia de seguridad, más allá de reformas, de adscripciones, de militarizar y largos etc, la coordinación es el elemento básico para conseguir un modelo que funcione, como el de Coahuila, de probada efectividad.

Y en este sentido, lejos de polarizar en materia de seguridad es conseguir acciones coordinadas para fortalecerla. Confiando en las autoridades federales, en su voluntad y capacidad, y de esta manera esperar que enderecen el rumbo en la materia de seguridad, y que la Guardia Nacional se convierta en una institución eficiente.