ABRELATAS
“It’s chaos. It’s Cairo.”
Naguib Mahfouz
Te encuentras en Jal el-Jalili, el mercado más grande de El Cairo; es un sitio donde se venden y compran cosas desde hace 650 años. Está abierto siempre; todo mercado es, en general, el alma de los pueblos, donde las personas adquieren cosas que necesitan. Acá hay de todo: artesanías en metal, en cuero, ropa, callejones, laberintos, Pool café, té, papiros, escarabajos, olores, sabores, perfumes, personas de todo tipo.
Mientras caminas, te ofrecen de todo, incluyendo drogas o sexo. Tu mujer se pregunta por qué siempre eres blanco de esas ofertas; tú levantas los hombros. «Supongo que leen algunas historias en mi rostro», respondes.
Todos los vendedores observan, estudian, identifican dónde se posa tu mirada por más de dos segundos; ahí es donde descubren tu interés por algún objeto. En ese momento atacan, toman el oscuro objeto del deseo y te lo acercan, para que lo examines, lo huelas, lo pruebes, te lo midas y, una vez que preguntas el precio, comienza el regateo como parte fundamental de la cultura; es así, siempre ofrecen un precio superior a lo que pretenden obtener, esperan que hagas una contraoferta para, después de algunos intercambios, llegar a un acuerdo. Siempre ha sido así.
Entras a una tienda, un muchacho en sus veintes te pregunta en inglés si eres mexicano; le dices que sí. Te cuestiona de nueva cuenta si eres de la mafia; lo miras fijamente y le dices que sí. Te sostiene la mirada y te pregunta si eres de la grande o de la pequeña; le respondes lentamente, frunciendo el ceño, que eres de la más grande.
“I want to work with you”, te dice. «You are too old», le respondes; los dos soltamos una carcajada. Si no arreglamos los problemas en casa en lugar de abrazarlos, así van a terminar por vernos en todo el mundo, piensas.
Tú y tu familia emprenden el regreso; las calles del Cairo son caóticas: autos, motocicletas, triciclos, gente que va y viene. En estas latitudes a las 6 de la tarde ya está oscuro, una variable adicional.
Por la cantidad de gente que camina estas calles, es imposible caminar uno al lado del otro; nos organizamos para hacerlo en fila india. Hay muchas variables; los autos y las motos adicionalmente utilizan permanentemente el claxon; se la pasan pitando, avisando a transeúntes u otros vehículos su cercanía; el ruido está normalizado.
Vas al frente, eventualmente revisas el Google Maps para identificar si el rumbo es el correcto, estás concentrado; es como si percibieras todo lo que pasa en cámara lenta, lo irregular de las calles, los autos, las motos, las personas, los animales, los ruidos, los olores de comida y de esencias propias de estas tierras.
La transición de la tarde a la noche es muy rápida, se escuchan por los altavoces el llamado al rezo, las mezquitas comienzan a moverse; muchas personas voltean a vernos, somos extranjeros en tierra de Alá, algunas personas se acercan a pedir dinero, niños sobre todo, caminas con paso firme y eventualmente volteas para asegurarte que la familia venga completa, llega el momento de cruzar una avenida, aquí siempre hay tráfico, nos detenemos, nos organizamos y nos lanzamos a la calle cuando se presenta un espacio entre un carro y otro, tu sistema calcula la velocidad de los vehículos, pueden ser tres o cuatro que mantienen cierta distancia entre ellos lo cual indica que traen la misma velocidad, dos de ellos te hacen un cambio de luces, ya te vieron y confían en que tú y tu grupo sigan cruzando con al menos la misma velocidad que con la que comenzaron, eso les permite calcular a ellos que los pueden esquivar, al cruzar hay que hacerlo de manera relajada, no conviene correr y retroceder o las señales que se mandan a los autos es confusa En el Cairo, el caos también tiene un orden, un ritmo, cuando llegamos a la orilla, todos nos volteamos a ver, estamos sonriendo.
César Garza
Más Abrelatas: Sin respeto al luto.
En el día internacional contra la violencia hacia las mujeres el impresentable y execrable sujeto, -con nuestros impuestos le pagamos su sueldo e ítems como senador- Gerardo Fernández Noroña, llamó fascista, frívola, oportunista a Grecia Quiroz, alcaldesa y viuda del expresidente Carlos Manzo, asesinado en la plaza principal de Uruapan, Michoacán; hace menos de un mes.
¿Qué podemos hacer para ponerle un alto a esta calamidad de sujetos?
Simple, castigarlos en las urnas.
Santos Laguna prescinde del hombre gol, Bruno Barticciotto. Extraña decisión pues es el último referente, el hombre gol de los últimos años.
AGV






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