- Lamberto Quintero: La leyenda detrás del famoso corrido.
- La versión oficial sobre la muerte de Lamberto señala que el enfrentamiento ocurrió en El Salado, Sinaloa.
- El corrido describe a Lamberto como un hombre valiente y alegre que enfrentaba los desafíos con una sonrisa.
Lamberto Quintero Payán, nacido en la sierra de Badiraguato, Sinaloa, se ha convertido en un ícono popular gracias al corrido que relata los eventos de su trágica muerte el 28 de enero de 1976. Tío del conocido narcotraficante Rafael Caro Quintero, Lamberto es recordado cada año con el tema interpretado por Antonio Aguilar, quien también llevó su historia al cine en los años ochenta.
La fama de Quintero no solo radica en la música, sino también en su protagonismo dentro de los conflictos entre poderosos clanes de Sinaloa, como los Otañez Lafarga. Estas disputas derivaron en un sangriento enfrentamiento entre familias, marcando un capítulo oscuro en la historia del narcotráfico en la región.
La muerte de Lamberto Quintero
La versión oficial sobre la muerte de Lamberto señala que el enfrentamiento ocurrió en El Salado, Sinaloa, donde fue emboscado y abatido. Según se cuenta, tras recibir disparos por la espalda, fue trasladado a la Clínica Santa María en Culiacán, donde finalmente falleció.
Sin embargo, la perspectiva de Glader Margarita Tapia Zazueta, su pareja en aquel tiempo, ofrece detalles inéditos de aquel fatídico día. Margarita asegura que Lamberto, tras un altercado en el camino, llegó al restaurante familiar, donde solía refugiarse.
“Él me saludó y luego salió a sentarse en su camioneta. Poco después, llegaron personas a pedirle que se retirara para evitar más violencia en la zona, pero él se negó”, relató.
Según Margarita, ella no estaba junto a Lamberto durante el ataque, como sugiere la letra del corrido. Al escuchar los disparos, salió del restaurante y lo vio intentando cubrirse detrás de un pilar antes de desmayarse por el impacto emocional.
El legado y el corrido
El corrido describe a Lamberto como un hombre valiente y alegre que enfrentaba los desafíos con una sonrisa. Aunque la letra mezcla elementos ficticios y reales, captura la esencia de una época marcada por la violencia y la lucha de poder en Sinaloa.
Su cripta, ubicada en el panteón Jardines del Humaya en Culiacán, se ha convertido en un símbolo de la cultura popular del estado.
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