- ¿Qué es el síndrome del trasero muerto y cómo evitarlo?
- Ocurre cuando los músculos del glúteo mayor se debilitan por inactividad prolongada.
- Identificar la amnesia glútea puede ser complicado.
Después de pasar largas horas sentado o un día extenuante de trabajo, es normal sentir rigidez en la espalda baja o las caderas. Sin embargo, este malestar puede ser un síntoma de una condición más grave: la amnesia glútea, también conocida como síndrome del trasero muerto, un problema que afecta los músculos del glúteo y que puede desencadenar problemas de salud importantes.
Según Jane Konidis, especialista en medicina física y rehabilitación de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, «el nombre suena a broma, pero las consecuencias son serias».
El glúteo mayor, uno de los músculos más fuertes del cuerpo, actúa como un amortiguador natural, y su mal funcionamiento puede provocar una cadena de dolores que incluyen desde ciática y desgarros en los isquiotibiales hasta artritis en las rodillas.
¿Qué es la amnesia glútea?
La amnesia glútea ocurre cuando los músculos del glúteo mayor se debilitan por inactividad prolongada, «olvidando» cómo activarse de manera eficiente. A diferencia de la sensación de «adormecimiento» en un brazo o una pierna por la compresión de un nervio, en este caso no hay hormigueo, sino un fallo muscular que pasa desapercibido hasta que el cuerpo es sometido a actividad física, como correr o hacer deporte.
Consecuencias de los glúteos desactivados
Cuando los glúteos no funcionan adecuadamente, otras partes del cuerpo, como las rodillas y la espalda baja, intentan compensar, lo que lleva a dolores crónicos. Esto es especialmente común en corredores y deportistas que requieren movimientos repetitivos de rotación, como golfistas y tenistas. Tiger Woods, por ejemplo, ha tenido que retirarse temporalmente debido a esta dolencia.
¿Cómo saber si tienes amnesia glútea?
Identificar la amnesia glútea puede ser complicado, ya que, a diferencia de otros músculos como los bíceps o cuádriceps, la activación de los glúteos no siempre es visible. Según el fisioterapeuta Chris Kolba, del Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio, si pasas más de dos o tres horas sentado sin moverte, es probable que tus glúteos estén «dormidos».
Para verificarlo, puedes realizar una prueba sencilla: párate sobre una pierna y deja colgar la otra. Si sientes que el glúteo del lado que está colgando está blando, es probable que no esté activado. Otra opción es hacer un puente de glúteos, donde te recuestas de espaldas y levantas las caderas. Si no sientes ardor en los glúteos y, en cambio, notas tensión en los isquiotibiales, es señal de que los glúteos no están funcionando correctamente.
Cómo activar los glúteos
Activar los glúteos no es complicado, pero requiere constancia. Konidis recomienda levantarse cada 30 a 50 minutos y dar pequeños golpes con los dedos en las nalgas para recordarle al cerebro que estos músculos deben activarse.
Ejercicios sencillos como las sentadillas, los puentes de glúteos y las plancha lateral son ideales para fortalecer esta zona. Si eres corredor o caminas frecuentemente, no asumas que tus glúteos están fuertes, añade ejercicios específicos como las estocadas y sentadillas varias veces por semana para asegurarte de que tus glúteos están en forma.
¿Cuándo buscar ayuda?
Si después de incorporar estos ejercicios sigues experimentando dolor al correr o realizar otras actividades, es recomendable acudir a un médico especialista en medicina deportiva o un fisioterapeuta. «Cuando un eslabón de la cadena es débil, todo se desmorona», advierte Konidis. «Y los glúteos deben ser tu eslabón más fuerte».
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