- El enigma del déficit de vitamina D a pesar del sol.
- Uno de los principales factores es el cambio de estilo de vida.
- El equilibrio entre la protección solar y la obtención de vitamina D plantea un dilema.
Desde hace casi un siglo, se conoce la importancia vital de la vitamina D para la salud ósea, muscular e inmunológica. Sin embargo, en los últimos años, los datos epidemiológicos sugieren que hasta el 40% de la población podría estar sufriendo déficit de esta sustancia.
El sol, principal fuente natural de vitamina D, ilumina abundantemente las calles durante la mayor parte del año. Pero, paradójicamente, muchos españoles viven con niveles insuficientes de esta vitamina. ¿Cómo es posible?
Uno de los principales factores es el cambio de estilo de vida. El creciente tiempo que pasamos en interiores y el uso extensivo de protectores solares pueden estar reduciendo la exposición al sol, disminuyendo así la síntesis de vitamina D en la piel.
El equilibrio entre la protección solar y la obtención de vitamina D plantea un dilema. Por un lado, el uso de protectores solares es esencial para prevenir el cáncer de piel, especialmente en una región donde los niveles de radiación solar son elevados. Por otro lado, la exposición solar es crucial para la síntesis de vitamina D. En este sentido, estudios en Australia han demostrado que el aumento del uso de protectores solares puede reducir la incidencia de melanoma, pero ¿cuál es el punto óptimo de equilibrio?
El Grupo Español de Fotobiología ha publicado pautas para la exposición solar adecuada según el tipo de piel y la estación del año, destacando la importancia de encontrar un equilibrio entre la protección y la síntesis de vitamina D.
Desafío en invierno
Sin embargo, alcanzar niveles adecuados de vitamina D puede ser un desafío en invierno, especialmente en regiones del norte de España, donde la radiación solar es menor. Esta dificultad se agrava por la falta de claridad sobre los niveles óptimos de vitamina D y su relación con la salud inmunológica.
El descenso en el consumo de grasas, incluyendo lácteos enteros que solían ser una fuente importante de vitamina D, también ha contribuido al déficit de esta vitamina en la población.
En resumen, el enigma del déficit de vitamina D a pesar de la exposición al sol plantea interrogantes sobre la necesidad de equilibrar la protección solar con la obtención de esta vitamina esencial para la salud. Se requiere más investigación para comprender mejor esta paradoja y establecer pautas claras que promuevan la salud óptima de la población española.
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