La extradición de Caro Quintero: un símbolo de presión sobre México. ¿Es justicia o presión política?
NUESTRA OPINIÓN
La caída de Rafael Caro Quintero no es solo la culminación de una persecución de cuatro décadas por parte de la DEA, sino también un mensaje de Estados Unidos hacia el gobierno de México. La captura y extradición del llamado “Narco de narcos”, anunciada con bombos y platillos en Nueva York, es parte de una estrategia de presión que la administración de Donald Trump ha intensificado desde su regreso a la Casa Blanca.
Trump ha convertido la lucha contra el narcotráfico en una prioridad diplomática, amenazando con aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas si no se obtienen resultados tangibles en la lucha contra el fentanilo y la migración. Ante este ultimátum, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha respondido con extradiciones masivas y operativos de deportación sin precedentes. La entrega de Caro Quintero, junto con otros 28 narcotraficantes, incluyendo a los hermanos Treviño Morales y a figuras clave del Cártel de Sinaloa, parece ser la pieza central de esta estrategia de contención.
PRESIÓN ECONÓMICA Y POLÍTICA
Más allá de los discursos sobre justicia, la realidad es que estas acciones responden a una presión económica y política que pone a México contra la pared. Trump no solo busca resultados inmediatos en seguridad, sino también imponer su narrativa de que los cárteles mexicanos son una amenaza equiparable al terrorismo internacional. Esta postura allana el camino para futuras medidas más agresivas, que podrían ir desde sanciones económicas hasta la intervención directa en territorio mexicano.
La historia de Caro Quintero es la de un capo que marcó una era en el narcotráfico, pero su extradición es también la historia de cómo México sigue siendo una ficha en el tablero geopolítico de Washington. En el ajedrez de la relación bilateral, la pregunta no es si habrá más detenciones o extradiciones, sino cuánto está dispuesto a ceder el gobierno mexicano antes de que Trump exija una nueva concesión.
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