- Fe y devoción guadalupana: tradición que une a México y al mundo.
- Para los peregrinos, no hubo obstáculo que frenara su fervor.
- Artistas de México, Estados Unidos, Ecuador, Colombia y Costa Rica ofrecieron un homenaje.
Este 12 de diciembre, el pueblo mexicano acudió una vez más a la cita anual con la Virgen de Guadalupe para conmemorar los 493 años de sus apariciones a San Juan Diego en el cerro del Tepeyac. La Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, el centro mariano más visitado del mundo, se llenó de voces, aplausos, porras y cantos, reflejando el fervor de millones de fieles.
Desde los primeros minutos del día, la emoción se apoderó de los asistentes. Las Mañanitas a la Virgen de Guadalupe, una tradición con más de siete décadas de historia, fueron el momento culminante de la celebración. Trompetas, guitarras de mariachi y un unísono de miles de voces resonaron dentro y fuera de la basílica, marcando el punto más alto de devoción y fe a la ‘Morenita del Tepeyac’.
Fervor y esperanza renovados
Para los peregrinos, no hubo obstáculo que frenara su fervor. Los pies cansados o rodillas adoloridas quedaron en el olvido, reemplazados por la gratitud y la esperanza de favores concedidos o por venir. La serenata y el himno guadalupano, coreado con emoción por los asistentes, fortalecieron su espíritu.
Al finalizar los cantos, se celebró una misa con un mensaje central: la Virgen de Guadalupe como símbolo de unidad y evangelización para el continente americano. Se exhortó a los fieles a no ser espectadores de la corrupción, superar odios y evitar todo tipo de violencia, buscando siempre el bien común.
Homenaje de artistas internacionales
Antes de las tradicionales mañanitas, artistas de México, Estados Unidos, Ecuador, Colombia y Costa Rica ofrecieron un homenaje musical a la Virgen. Durante más de seis horas, se interpretaron cerca de 40 melodías en honor a la ‘Morenita’, una muestra de gratitud y fe que trascendió fronteras.
La devoción en cifras
De acuerdo con la Basílica de Guadalupe, la afluencia de fieles ha aumentado tras la pandemia de COVID-19, alcanzando cifras de 20 millones de visitantes al año, consolidando esta festividad como un ícono de identidad y unión para México y el mundo.
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