Hace dos años, la paz del pueblo de Juanchorrey, ubicado en el municipio de Tepetongo, conocido como la principal cuna de los tortilleros del país, se acabó con el asentamiento del crimen organizado, al convertirse en uno de los fortines de los cárteles que ha generado el éxodo de sus pobladores, cuya violencia también interrumpió aquellas grandes festividades patronales que llegaron a reunir a importantes industriales de la masa y la tortilla.
Esta situación se confirma con el reciente informe Episodios de desplazamiento interno forzado en México 2021, emitido por la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), donde Zacatecas ocupa el tercer lugar con 3 mil 693 personas desplazadas en 10 episodios registrados en 52 localidades de seis municipios: Jerez, Fresnillo, Tepetongo, Valparaíso, Monte Escobedo y Calera.
En ese informe, se documenta que el episodio de desplazados en Tepetongo ocurrió desde julio de 2021, principalmente en las localidades de Juanchorrey, La Tinaja, Santa Rosa y La Joya.
La causa de los desplazamientos se debe a la violencia generada por grupos armados del crimen organizado debido a las extorsiones, amenazas de muerte, intimidación, ataques violentos en contra de la comunidad, enfrentamientos, cobros de piso, pero también por la presencia de personas armadas y reclutamiento forzado de jóvenes a las filas de los grupos criminales; incluso, se consigna que «el alcalde anterior huyó tras ser amenazado por el crimen organizado».
Este año, la situación de miedo y desolación en Juanchorrey se pudo constatar en sus fiestas patronales en honor a la Virgen Inmaculada de la Concepción que se realiza en la primera semana de febrero, ya que sus hijos predilectos, los tortilleros distribuidos en todo el país, decidieron no regresar a su pueblo y optaron por la celebración religiosa de manera virtual, donde a diario las familias rezaban el rosario con la principal petición de que regrese la paz a su pueblo.
Al ser contactados algunos tortilleros y uno que otro poblador que sigue viviendo en ese lugar, no aceptaron hablar por miedo, incluso, de manera natural saltó la recomendación: «No se le ocurra viajar a Juanchorrey, es peligroso transitar esas carreteras», a la par de confirmar que en esa zona están apostados los grupos criminales que se han apoderado del lugar y coinciden en algo: «Anhelamos con el corazón un día poder volver a nuestra tierra, a nuestras fiestas, volvernos a reencontrar con los nuestros con alegría y no con miedo».
Carlos Dávila Arteaga, presidente del Consejo de Administración de la Alianza de Industriales de la Masa y la Tortilla, confirmó que las fiestas de Juanchorrey se han suspendido desde hace dos años por inseguridad.
«Para asistir a estas fiestas, los tortilleros viajaban de todas las entidades, desde Yucatán, hasta la frontera con Estados Unidos, donde ellos tienen sus negocios. Las familias se volvían a ver, festejaban a lo grande, con sus propias aportaciones llevaban artistas de gran renombre. Incluso, su poder se fue arraigando al grado que a las fiestas de Juanchorrey también acudían las empresas Maseca, Minsa, Celorio y todas las principales marcas para mostrar sus equipos o insumos que se requieren para una tortilla nixtamalizada», relata.
Historia
Juanchorrey es una comunidad que actualmente tiene más de 200 habitantes, asentada en las zonas serranas del municipio de Tepetongo, colindante con los límites de Jalisco, cuyo pueblo todo el año era apacible y volvía a recobrar vida a finales de enero y principios de febrero, cuando comenzaban a regresar las familias tortilleras a sus casas para asistir a las fiestas patronales y la Feria de la Masa y la Tortilla.
La historia refiere que Melesio Nava (iniciador de la elaboración de tortillas) salió del pueblo y se reunió con su hermano en Torreón, donde trabajó en diferentes oficios, hasta que puso un puesto para alimentar a los jornaleros de una minera. A pesar de que se levantaba de madrugada a llevar su nixtamal a moler, se sabe que fue tanta la demanda de tortillas que tuvo que comprar un molino para abastecerse y contratar a mujeres para elaborarlas y comprar grandes comales.
Así, poco a poco las tortillerías se fueron expandiendo a diferentes partes del país.
Carlos Dávila Arteaga confirma que actualmente hay tortilleros con raíces de Juanchorrey en Zacatecas, Coahuila, Guanajuato, Jalisco, Yucatán, así como en varias ciudades de Estados Unidos, incluso, hay dos tortillerías en Inglaterra.
Refiere que algunos de los agremiados, originarios de varias comunidades del municipio de Tepetongo, le han confirmado la terrible situación de inseguridad en esa región; por ello, se han interrumpido las fiestas de Juanchorrey: «Hasta que haya condiciones de regresar, porque el pueblo no puede poner orden, por eso ellos no quieren hablar, por miedo y las cosas siguen de mal en peor, porque eso sólo lo puede solucionar el gobierno».
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