- Aumentan denuncias por pinchazos en el Metro de CDMX.
- Desde marzo, se han registrado al menos 41 denuncias por pinchazos con agujas.
- Las autoridades investigan el uso de estupefacientes y posibles robos.
Ciudad de México.- El temor se ha colado en los vagones del Metro capitalino. Desde mediados de marzo, reportan decenas de casos de pasajeros que aseguran pinchados con agujas en distintas líneas del sistema de transporte más utilizado del país. La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha iniciado 41 carpetas de investigación, 15 de ellas con lesiones por punción confirmadas y cuatro con presencia de estupefacientes.
Aunque los casos representan una mínima proporción frente a los más de tres millones de usuarios que transitan diariamente por el Metro, el fenómeno ha generado alarma por lo que insinúa: la posibilidad de que alguien esté inyectando sustancias como ketamina con fines aún inciertos.
Las líneas más señaladas han sido la 3 y la 9, donde se han registrado múltiples incidentes. Estaciones como Centro Médico, Guerrero, Balderas, Hidalgo e Indios Verdes mencionadas por víctimas que, tras sentir ardor o entumecimiento, descubrieron marcas de punción. En la mayoría de los casos, las denunciantes son mujeres.
Cecilia, una de las afectadas, relató que comenzó a sentirse mal tras bajar unas escaleras en Centro Médico. “Sentí quemazón en el brazo y me descubrí un piquete. Logré pedir ayuda en una tienda afuera del Metro”, declaró a medios. Otro caso reciente es el de Anaid Martínez, atacada en metro Consulado. Denunció en redes sociales síntomas como entumecimiento en la boca y hormigueo, y atendida en un hospital donde le indicó una probable inyección de ketamina.
La jefa de gobierno, Clara Brugada, ha solicitado a las autoridades actuar con firmeza, mientras que la fiscal Bertha Alcalde aseguró que seguirán todas las líneas de investigación. De momento, se han realizado más de 1,600 revisiones preventivas en estaciones, pero los avances son escasos: solo tres personas han sido detenidas, y en algunos casos se ha descartado el uso de agujas.
Pese a la falta de certezas, el miedo ya se ha instalado. En las escaleras y pasillos del Metro, muchas mujeres evitan aglomeraciones y revisan sus brazos con frecuencia. Las autoridades han pedido mantener la calma, aunque la percepción de inseguridad crece. La ciudadanía exige claridad ante lo que parece una nueva amenaza urbana.
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