Berlanga fue conocida por su trabajo en monólogos como ‘El bautizo de Dominga’, con el que participó en el Festival de Monólogos 2012.
Este martes la comunidad teatral de Saltillo amaneció con la noticia del fallecimiento de la actriz Sandra Yadira Berlanga, quien por décadas estuvo activa sobre las tablas de la escena local y llegó a presentarse dentro y fuera del estado.
La escena la compartió con otros artistas como Homero Craig, Lupina Soto, Nati Molina, Leticia Villalobos y Mónica Almanza, además de actuar bajo la dirección de Gustavo García y Griselda Elizondo, con quien montó su última obra “Ayer”, producto del taller de dramaturgia Teatro Testigo de la Vida, impartido por Medardo Treviño en el Instituto Municipal de Cultura de Saltillo.
Sin embargo, destacó principalmente en monólogos como “El bautizo de Dominga”, obra de su autoría con la que participó en el Festival de Monólogos Coahuila 2012 y “Amores de segunda mano” de Enrique Serna, dirigida por García y que cerró fuera de competencia la Muestra Estatal de Teatro 2019, entre otras puestas en escena.
“Nos pescó de sorpresa, porque todavía en días pasados veíamos sus publicaciones en Facebook”, comentó para VANGUARDIA el director José Palacios, uno de los gestores de dicho festival, “‘El bautizo’ era muy emblemático de su faceta como dramaturga y de su actuación”.
“Es una de las obras de referencia y que más disfrutaba. Incluso estaba pensando hacer una segunda parte, hacer la comunión y la confirmación, pero siempre con el personaje. Disfrutaba mucho la actuación y la transmitía en todo momento”, agregó.
Egresada de la Escuela Normal de Coahuila, creó varios textos que ella misma llevó a escena con el grupo de teatro Akenatón y participó en otras producciones como “El Final de un Idilio”, “Ajúa mis Pastores”, “Te Juro Juana que tengo ganas”, “Señoritas a disgusto”, “Piedras a la Luna”, “Anita cometió un desliz”, “El Flagelo”, “Cuando los Ángeles lloran” y “Violeta y el Cazador”.
Palacios destacó la facilidad de Berlanga para la comedia, pero sobre todo para poder llevar al público de la risa al llanto.
“Es una herramienta muy importante que antes de llegar al drama tienes que soltar la risa, entonces ella jugaba perfectamente con eso, antes de sacarte la lágrima te aventaba una risa para que estuvieras indefenso, entonces sabía muy el timing de ese juego dramático, cómo construir y llegar al punto sentimental del espectador”, señaló.
En redes sociales amigos y colegas recordaron su trayectoria y a su persona, además de que también se unieron a la pena instituciones como la Asociación Coahuilense de Teatristas, la Asociación Cultural Rodas y el Instituto Municipal de Cultura.
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