En la localidad de Wetteren, cercana a la histórica ciudad belga de Gante, un equipo de investigadores está llevando a cabo un proyecto pionero para reducir la contaminación del agua pluvial utilizando conchas.
Este innovador enfoque implica la recolección y filtración del agua de lluvia a través de millones de conchas procedentes del Mar del Norte, las cuales se ubican estratégicamente bajo los desagües de un centro comercial y un estacionamiento.
Estas conchas, que albergan un 70% de espacio hueco para almacenar el agua de lluvia, no solo actúan como un sistema de recolección, sino también como una estación de limpieza natural, purificando el agua antes de ser utilizada para el riego de jardines públicos.
Este proyecto forma parte de la iniciativa StopUP, financiada por la Unión Europea, que tiene como objetivo encontrar soluciones para prevenir la contaminación de ríos, lagos y bahías a través de la gestión de aguas pluviales en áreas urbanas.
Esta iniciativa se centra en las escorrentías urbanas, las cuales arrastran contaminantes desde calles y tejados hacia los cuerpos de agua, así como en los desbordamientos de desagües.
A pesar de que el 98% de la población de la Unión Europea tiene acceso a servicios de saneamiento básico y más del 90% de las aguas residuales urbanas se gestionan cumpliendo con la legislación europea, la contaminación del agua sigue siendo un desafío importante.
En Europa, el 38% de las masas de agua superficial está afectado por diversas formas de contaminación.
El proyecto StopUP, que involucra a once universidades y empresas de varios países europeos, se enfoca en desarrollar tecnologías para identificar la procedencia de los contaminantes y su entrada en los cuerpos de agua. Los contaminantes comunes incluyen nutrientes, hidrocarburos, metales pesados y contaminantes microbianos.
En Aquisgrán, Alemania, se está probando un sistema de filtración con arena conocido como «filtro de suelo de retención» para prevenir la contaminación de los desbordamientos de desagües en el río Würm.
Mientras tanto, en Amberes, Bélgica, se está evaluando un filtro de grava para tratar las escorrentías urbanas.
En vista del cambio climático que provoca tormentas más intensas y frecuentes, así como inundaciones y temperaturas elevadas, esta investigación cobra una importancia crucial. La contaminación del agua pluvial puede afectar tanto la salud humana como los ecosistemas, y es necesario desarrollar soluciones innovadoras para abordar este problema de manera efectiva.
El proyecto WATERUN, que se lleva a cabo en varias ciudades europeas y cuenta con el respaldo de la Unión Europea, se centra en el desarrollo de sensores para identificar contaminantes en las aguas pluviales y comprender su distribución.
Los investigadores están trabajando en ciudades con climas diversos, como Aarhus (Dinamarca), Santiago de Compostela (España) y Ammán (Jordania), para recopilar datos que ayuden a las autoridades municipales a gestionar de manera eficiente las aguas pluviales.
El proyecto WATERUN se desarrollará durante cuatro años y se espera que proporcione directrices valiosas para abordar el problema de la contaminación del agua de lluvia en las ciudades.
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