El personal de un refugio de animales en Devon (Inglaterra) ha estado cuidando de un perro que presuntamente se habría vuelto adicto al alcohol. El refugio, de nombre Woodside Animal Welfare Trust, acogió en un principio a dos perros de dos años, Coco y Georgie, después de que falleciera su dueño.
Al poco tiempo de su llegada, los perros comenzaron a mostrar algunos signos de abstinencia de alcohol y enfermaron gravemente sin motivo aparente. Esto dejó muy sorprendidos a los cuidadores, quienes no sabían cómo abordar la situación. Al cabo de cuatro meses, Georgie falleció.
El otro perro, Coco, fue sometido a cuidados intensivos y requirió de mucha medicación y atención de los profesionales. Por su parte, el personal del refugio ha hecho sus hipótesis y creen que su antiguo dueño podría haber sido un alcohólico que habría acostumbrado a sus mascotas a beber de forma habitual. Kirstin Stone, una empleada del refugio, tiene la siguiente teoría, según recoge la BBC: “Podría ser que el dueño tomara un trago y se fuera a dormir dejando la bebida al alcance de los perros, pero simplemente no lo sabemos”, explica.
Stone informó de que Coco había sido «supervisado minuciosamente» durante su recuperación: «Coco ha sido monitoreado a fondo, con controles por hora. Fue un proceso largo, pero se portó muy bien».
Tras cuatro semanas bajo sedación “para aliviar el síndrome de abstinencia y reducir el riesgo de nuevos ataques”, Coco ya no toma medicación y empieza a comportarse como un perro normal. Sin embargo, aún no está listo para ser adoptado, y el próximo dueño tiene que ser “alguien que está mucho tiempo en casa”, según Stone.
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