- Hombres y suelo pélvico: músculo invisible que también afecta.
- Su debilitamiento puede causar incontinencia, disfunción sexual y dolor lumbar.
- Descubre por qué es clave para la salud masculina.
Reírse hasta orinarse puede ser algo más que una anécdota graciosa. Para muchos hombres, como Paco —ingeniero y corredor aficionado—, es la señal de una condición poco conocida pero muy común: disfunción del suelo pélvico.
La escena parece trivial. En medio de una clase de entrenamiento funcional, Paco estalla en carcajadas durante un ejercicio grupal. Instantes después, experimenta una leve pero incómoda pérdida de orina. Semanas más tarde, tras una sesión intensa de abdominales, la situación se repite. Al comentarlo con su entrenador, recibe una respuesta cargada de desconocimiento: “¿Eso no les pasa solo a las mujeres después del embarazo?”.
Esta reacción refleja una realidad alarmante: muchos hombres no saben que también tienen suelo pélvico, ni que este conjunto de músculos, nervios y tejidos cumple funciones esenciales como mantener la continencia urinaria, favorecer la salud sexual, y sostener la estabilidad postural.
Un músculo que también es masculino
Tradicionalmente vinculado al cuerpo femenino, el suelo pélvico en hombres ha sido un tema tabú o directamente ignorado. Sin embargo, es una estructura clave que influye directamente en la erección, la eyaculación, el control urinario, la prevención de hernias y el rendimiento físico.
Según estudios médicos, hasta un 32% de los hombres experimentan incontinencia urinaria en algún momento, cifra que puede ascender al 69% tras una prostatectomía radical, un procedimiento habitual para tratar el cáncer de próstata. Pero más allá de estas intervenciones médicas, los hombres sanos también pueden sufrir disfunciones pélvicas, especialmente si practican deportes de alto impacto.
El deporte no siempre protege
Aunque el ejercicio suele asociarse con salud, disciplinas como el ciclismo, el crossfit o el running pueden aumentar el riesgo de alteraciones en el suelo pélvico masculino. En particular, el ciclismo puede provocar entumecimiento perineal o disfunción eréctil debido a la presión sobre el nervio pudendo, encargado de inervar esta región muscular.
Los deportistas masculinos, además, suelen desconocer cómo entrenar el suelo pélvico. Aquellos que sí lo hacen tienen un 57% menos de probabilidades de desarrollar incontinencia y otros problemas. Esta desconexión entre el conocimiento y la práctica limita la prevención y agrava la desinformación.
Un entrenamiento simple, pero olvidado
Ejercitar el suelo pélvico no requiere equipos sofisticados ni largas sesiones. Con solo 5 minutos al día, tres veces por semana, es posible mejorar significativamente su fuerza y función. Las contracciones de Kegel, combinadas con respiración diafragmática y activación del transverso abdominal, son la base de este entrenamiento.
Además de prevenir fugas urinarias, estos ejercicios mejoran la función sexual, disminuyen el dolor lumbar, y pueden reducir el riesgo de hernias inguinales, especialmente en deportistas.
Romper el silencio
La falta de información sobre el suelo pélvico masculino perpetúa el estigma, el desconocimiento y el silencio, incluso entre profesionales del deporte y de la salud. Si bien la prevalencia de incontinencia es mayor en mujeres, uno de cada cinco hombres jóvenes deportistas también la padece.
Normalizar el diálogo, integrar estos temas en programas de salud y entrenamientos, y visibilizar testimonios como el de Paco, ayuda a derribar mitos y mejorar la calidad de vida masculina.
Porque sí, los hombres también tienen suelo pélvico. Y cuidarlo no es solo una cuestión de salud: es un acto de autocuidado, información y prevención.
0 comentarios