El declive inexorable de Joe Biden se hace evidente en sus recientes apariciones públicas y lapsus mentales. Descubre el análisis completo en nuestra columna de opinión.

NUESTRA OPINIÓN

Recientemente, varios usuarios han rescatado en redes sociales videos antiguos de Joe Biden. En estos clips, el actual presidente de Estados Unidos se muestra enérgico, debatiendo con pasión contra Donald Trump en 2020, respondiendo con firmeza a la prensa e incluso demostrando agilidad mental al recibir críticas de otros demócratas.

Estos momentos contrastan fuertemente con la percepción actual de un líder vacilante, con errores cada vez más frecuentes en sus apariciones públicas y que pierde el hilo de sus discursos con alarmante regularidad.

Esta discrepancia ha llevado a muchos votantes de su partido a perder el entusiasmo por su candidatura. Una reciente encuesta de AP revela que casi dos tercios de los demócratas prefieren que Biden, de 81 años, abandone la carrera. El presidente finalmente cedió a estas presiones este domingo.

En lo que se convirtió en su último acto de campaña, Biden mostró energía y vigor en una reunión con votantes afroamericanos, un grupo clave de su base electoral. En Las Vegas, una ciudad que abandonó el miércoles tras contagiarse de covid, el presidente recordó las dificultades que enfrentaron los negros durante la administración de Trump.

“Fue un infierno”, declaró Biden en un discurso de menos de 30 minutos, esforzándose por mantenerse fiel al guion y al teleprompter. El evento tuvo un resultado positivo hasta que Biden tuvo que abandonar Nevada debido a su enfermedad.

Un Debate Desastroso y el Comienzo del Fin

El 27 de junio quedó marcado como el día que inclinó la balanza contra Biden. Durante el primer debate presidencial del ciclo en Atlanta, su desempeño fue lamentable. El presidente habló con una voz débil y su participación estuvo plagada de frases inconexas y momentos de confusión. “Ni siquiera sé qué dijo al final de esa oración y yo creo que ni siquiera él lo sabe”, respondió Trump en medio de una discusión sobre la crisis migratoria. Este debate dejó pocos momentos memorables para Biden, uno de ellos relacionado con el golf.

Para contrarrestar el impacto negativo, su equipo de campaña aumentó su exposición mediática. En una entrevista con George Stephanopoulos de ABC, Biden afirmó que solo abandonaría la carrera si interviniera el “Señor Todopoderoso”. Sin embargo, cinco días después, Stephanopoulos comentó que Biden “no estaba en condiciones de servir cuatro años más”. A pesar de esto, la Casa Blanca insistió en la estrategia, organizando más entrevistas con cadenas como NBC, Univision y Black Entertainment Television (BET). En una de estas entrevistas, Biden olvidó el nombre de su secretario de defensa, refiriéndose a él simplemente como “el hombre negro”.

Una Serie de Lapsus y la Percepción de Deterioro

El 11 de julio, Biden ofreció una conferencia de prensa durante la cumbre de la OTAN para demostrar su agilidad mental. Sin embargo, la jornada comenzó mal cuando confundió a los presidentes de Ucrania y Rusia. En la primera pregunta, se refirió a Kamala Harris como “vicepresidente Trump”. Estos errores fueron ampliamente difundidos por los republicanos en redes sociales, minando aún más su credibilidad.

Las señales de deterioro cognitivo de Biden no son nuevas. En febrero, durante un mitin, confundió a Emmanuel Macron con François Mitterrand, fallecido en 1996. Poco después, mezcló a los líderes de Egipto y México en otra conferencia de prensa. Estas confusiones se produjeron mientras refutaba un informe de 300 páginas que lo retrataba como un octogenario con serias lagunas en sus recuerdos.

El Juicio de la Historia

La memoria de Biden ha sido cuestionada repetidamente. Un informe del fiscal Robert Hur, de la era Trump, señala que el presidente no recuerda fechas cruciales ni eventos significativos. Biden ha desmentido con vehemencia estas afirmaciones, pero la mala fe en las redes sociales y la era de la desinformación han magnificado la percepción de su deterioro.

En un video viral de la cumbre del G-7 en Italia, Biden parece desorientado, mirando en dirección contraria a sus homólogos. La Casa Blanca aclaró que en realidad estaba saludando a paracaidistas fuera del cuadro. Este momento, aunque malinterpretado, refleja la creciente preocupación sobre la capacidad de Biden para seguir liderando el país.

La decisión de Biden de abandonar la carrera no es solo una respuesta a las presiones de su partido, sino un reconocimiento necesario de sus limitaciones. La historia juzgará su mandato con dureza, pero también debe recordar sus contribuciones y la dignidad con la que ha enfrentado su declive.