¿Confeti? En la editorial de Gerardo Aguado, se analiza la reciente promesa de Claudia Sheinbaum sobre un tren para Coahuila y Nuevo León. A pesar de la expectativa que genera, surgen dudas debido a la falta de detalles técnicos y estudios de viabilidad. Lee por qué es crucial que se proporcione información más clara sobre este proyecto.

La presidenta electa Claudia Sheinbaum prometió un tren para Coahuila y Nuevo León. En lo personal siempre estaré a favor de que todo aquello que detone la economía, el turismo y toda aquella inversión pública, sea bienvenida, por lo tanto he de decir con claridad, que no tengo problema ni estoy en contra de la referida propuesta, al contrario se me hace interesante. Sin embargo tengo algunas dudas. Porque la burra no era arisca, la hicieron.

Y es que MORENA hacia el final del desafortunado mandato de López Obrador se ha dedicado a hacer anuncios “espectaculares” de obras para tratar de distraer por todos los medios los graves problemas que hereda su gobierno. Entre los muchos distractores, decidieron revivir lo que ha sido un anhelo desde hace décadas para los neoloneses y los coahuilenses: un “tren bala” que conecte Monterrey, Saltillo y Monclova por lo menos.

Pero el anuncio se ha dado sin mayor información, datos técnicos, velocidad de tren, costos, etc.

Me da la impresión, que por temas como los del gobernador de Sinaloa, el fracaso de Dos Bocas y sus docenas de “inauguraciones”, la migración por violencia de las comunidades chiapanecas hacia Guatemala, la inflación que incrementa los precios de los alimentos cada semana, el aumento de las gasolinas y otras cosas, hoy deciden retomar el tema anhelado tema del tren bala, aunque resultó según lo que han dicho que no es bala, sino un tren ligero.

El problema es que:

• No cuentan, como lo dije, con ningún plan o estudio técnico.
• No existen estudios de impacto económico y social que determinen que un tren ligero, cuya velocidad promedio es de 60 a 70 kilómetros sea viable.
• No han determinado la ruta y los municipios de ambos estados que cubriría dicho medio de transporte.
• Vaya, ni siquiera queda a quedado claro si lo harán para detonar el turismo, o para agilizar la movilidad humana de modo sustentable y eficiente.
• No hay estudios sobre el costo de los boletos y si este será competitivo, más barato que viajar en autobús o en transporte particular de redes de transporte.
• No tienen proyecciones ni mediciones acerca del impacto de esta obra en el desarrollo regional.
• No han dicho si la ruta del tren ligero hará interconexiones o acercamientos a las rutas y bases del ten convencional con objeto de combinar esfuerzos.
• Por ejemplo, quieren el tren y está bien, pero tenemos carreteras del país en guerra civil: echas pedazos, con 11 mil millones que eran destinado a infraestructura carretera congelados o ya desviados por la cuarta T a otros fines.
• El tren maya ya demostró en números fríos que no recuperará su inversión en muchos años, tomando en cuenta el costo de los boletos, la demanda y el mega costo de la obra.

Todo lo anterior es fundamental que lo den a conocer y que no parezca que Morena y la presidenta electa este jugando electoral y políticamente con los coahuilenses y con los neoloneses. Mucho confeti y poca certeza.

Ojalá pronto puedan definir varios aspectos técnicos del tren para dar certeza, porque insisto, bienvenidas sean siempre las grandes obras que sumen, porque todos queremos lo mejor para nuestro estado. Lo que no se vale es jugar el dedo en la boca.