Compleja relación: México y el reto de enfrentar a Donald Trump. Gerardo Aguado analiza las deportaciones masivas, los aranceles y las nuevas tensiones que exigen una postura firme y estratégica en nuestra política exterior.
Desde su campaña electoral, Donald Trump dejó clara su postura hacia México: amenazas de deportaciones masivas, cierre de la frontera, imposición de aranceles y la declaración de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Estas medidas, aunque controvertidas, evidencian el enfoque agresivo del presidente estadounidense hacia nuestro país.
Ante este escenario, la respuesta del gobierno mexicano ha sido notoriamente insuficiente. En lugar de presentar una postura sólida, digna de un país con una relación histórica y compleja con Estados Unidos, las acciones del gobierno federal se han percibido tibias y temerosas. Esto es especialmente preocupante considerando los acuerdos bilaterales que en el pasado favorecieron a ambas naciones, desde el combate al narcotráfico hasta la implementación exitosa del T-MEC.
El lunes 20 de enero, Trump asumió la presidencia de Estados Unidos y, como prometió, firmó una orden ejecutiva que clasifica a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Además, anunció que para el 1 de febrero implementará aranceles a productos mexicanos, dejando claro que sus amenazas no eran retórica vacía.
PREOCUPACIÓN EN MÉXICO
Este contexto genera preocupación en México. Se anticipa una ola de deportaciones masivas que pondrá aún más presión sobre un Instituto Nacional de Migración debilitado, sin programas ni estrategias para atender estas emergencias. La ausencia de una política migratoria eficiente, sumada a la falta de preparación para los flujos migratorios extraordinarios, deja al país en una posición de vulnerabilidad.
Las políticas de Trump no solo amenazan la estabilidad de nuestra economía, sino también proyectos estratégicos como el crecimiento del nearshoring y el desarrollo de la industria de la electromovilidad.
Frente a este panorama, México necesita más que nunca una posición firme e inteligente. Urge contar con expertos que construyan acuerdos sólidos, renueven las estrategias fallidas en política exterior y posicionen a México como un actor relevante en el ámbito internacional. La relación con Estados Unidos es compleja, pero su manejo estratégico es vital para el futuro de nuestra nación.
0 comentarios