«Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad.»
Karl A. Menninger
Las proyecciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, prevén un año complejo para los derechos de las niñas y niños alrededor del mundo, y es que el pasado 15 de enero en su último informe denominado: Perspectivas para la infancia en 2024: cooperación en un mundo fragmentado se mencionan al menos siete tendencias que impactarán severamente.
Entre los puntos más relevantes, se encuentran: 1) Las amenazas que representan los cambios geopolíticos y los conflictos armados, 2) la fragmentación económica, 3) la falta de inversión en las niñas y niños derivado de la desigualdad en la economía, 4) el incremento en los niveles de desinformación y de la violencia política y 5) la volatilidad generada por la transición acelerada hacia la energía verde.
¿Cómo podemos contrarrestar la apatía casi generalizada en una sociedad marcada por el crimen y la violencia?, ¿qué recursos y medidas adoptar para disminuir la emergencia climática a la que también nos enfrentamos?, es probable que éstos y muchos más cuestionamientos deban ser analizados a profundidad, pero sobre todo, se tienen que tomar decisiones que incluyan un trabajo responsable, solidario y coordinado.
Y es que una de las mayores preocupaciones de la UNICEF es la falta de cooperación, lo que a su vez limitaría los esfuerzos para hacer frente a las graves violaciones de los derechos del niño, obstaculizaría los esfuerzos para abordar riesgos mundiales, e inhibiría la acción colectiva necesaria para prevenir y poner fin a los conflictos.
Es innegable que existen demasiadas emergencias a enfrentar, pero al menos en cuanto al tema de la infancia la institución antes mencionada ha enlistado 13 situación de extremo peligro debido a las graves violaciones de sus derechos y a la violencia y a la destrucción de los servicios esenciales, entre ellas se destacan: 1) Afganistán, 2) Burkina Faso, 3) la República Centroafricana, 4) Myanmar y 5) la Franja de Gaza, entre otros múltiples lugares.
México no se encuentra en el listado de países con vulneraciones graves, sin embargo, también nos enfrentamos a serios problemas, tan solo el pasado 22 de enero fueron encontrados tres menores encadenados por sus padres en Mexicali, y el 28 dos hermanos de 11 y 16 años fueron baleados por negarse a pagar derecho de piso en San Miguel de Allende.
Estas noticias nos llegan a escasos días de terminar el primer mes de 2024 y aunque no son las únicas nos impactan por su crueldad y severidad, pero además no se puede pasar por alto, la “toma de protesta” de 15 menores entre 11 y 15 años que fueron armados con fusiles e integrados a la policía comunitaria en Ayahualtempa, Guerrero, quienes fueron sumados con el objetivo de resguardar su localidad ante la inseguridad que actualmente afecta al estado.
El tema es amplio, incluso desde el 2022 se ha observado un incremento en las cifras de delitos como lesiones, secuestro y tráfico de menores lo anterior presentadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y lamentablemente, la Organización Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) mencionó que de enero a septiembre de 2023 se registraron 53 feminicidios de niñas y jóvenes de entre 0 a 17 años en México.
Es cierto que no son temas nuevos y que no sólo amenazan a la infancia mundial, sino que afectan a la gran mayoría de los sectores y segmentos poblacionales, sin embargo, se tiene que reconocer que los menores son una categoría vulnerable y que sus oportunidades son limitadas, por lo que está en nuestro quehacer fomentar además de acciones certeras por parte de las instituciones públicas y privadas, también medidas personales.
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