El fracaso del Metrobús Laguna: corrupción y desidia gobiernan la movilidad de Torreón

por | 02/08/2024

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  • El fracaso del Metrobús Laguna: corrupción y desidia.
  • La construcción del Metrobús Laguna inició con una inversión de mil 400 millones de pesos.
  • La falta de un sistema de transporte eficiente mantiene los problemas de tráfico.

La obra negra del Metrobús Laguna es un recordatorio de que, cuando se rompe la armonía entre los niveles de gobierno por su posición partidista, y se opta por tomar decisiones unilaterales, la ciudad es la que se lleva la peor parte.

Abandonada, la infraestructura de este proyecto se deteriora; se ha convertido en un obstáculo para la movilidad, contrario al propósito que pretendía: garantizar un servicio de transporte eficiente. Sin embargo, las animadversiones partidistas entre el gobierno federal y el estatal, entonces encabezado por Miguel Ángel Riquelme Solís, así como la decisión de este de llevarlo a cabo sin el respaldo de la presidencia, no solo impidieron la cristalización de la obra, sino que ahora resulta una pesada losa, literal, para Torreón.

“Hace más de cien años Torreón hizo historia, hoy seguimos haciendo historia; vivimos en una región muy atractiva de gran potencial estratégico, de gran competitividad, así tenemos que vernos para continuar el avance siempre pujante de nuestro municipio.

A principios del Siglo XX en la región tuvo lugar el primer gran esfuerzo para comunicarnos a través de las nuevas tecnologías, es cuando se conectan Torreón y Lerdo; así, en toda Latinoamérica, fuimos la primera región en contar con un tranvía eléctrico interurbano y hoy Coahuila y Torreón vuelven a hacer historia porque el Metrobús Laguna ya es una realidad”, declaró el 3 de mayo de 2016 el entonces alcalde Miguel Ángel Riquelme Solís al presentar este proyecto.

El Metrobús, afirmó durante la ceremonia abarrotada de políticos, sería el compromiso 116 del presidente en turno, Enrique Peña Nieto, y del gobernador Rubén Moreira Valdez.

“Este otro compromiso es producto de tres cosas: uno, del gran empeño de los laguneros por tener obras de gran calado; dos, de la inteligencia de Raúl y de Miguel de sus equipos que nos propusieron cómo hacerle; tres, de la capacidad económica de nuestra entidad. Gracias a todos y felicidades a la Comarca lagunera y es una muestra de que unidos todos y de los tres niveles de gobierno, unidos, las cosas salen bien”, declaró el entonces gobernador Moreira Valdez. Pero no fue así, las cosas no salieron bien.

Tres años después, el martes 23 de julio de 2019, AMLO anunciaba que no destinarían recursos al Metrobús, porque ya traía en mente el proyecto de Agua Saludable para La Laguna, y a pesar de ello, Riquelme Solís, ya para ese entonces gobernador de Coahuila, de forma unilateral decidió continuar: el Metrobús, “va porque va”, declaró en aquel momento.

Y no fue

Riquelme Solís asumía la voz de los ciudadanos de Torreón al asegurar que “Coahuila no tenía prisa”, mientras le seguía destinando dinero del presupuesto a una propuesta que tropezaba constantemente; quienes sí tenían la expectativa de ver trabajando un sistema de transporte que contemplara unidades nuevas, que cubrieran mayores recorridos con una tarifa accesible eran los pasajeros.

Y las noticias falsas comenzaron a difundirse desde el gobierno para atenuar la desesperación ciudadana: “Coahuila, el año entrante (2020), estará estrenando su nuevo sistema de transporte, pero para que sea viable a futuro el Metrobús, tiene que estar en todo el proyecto original que viene desde Lerdo hasta Matamoros, nosotros apoyamos y esperaremos a Durango para que se reconsidere este proyecto y que pueda retomarse y se le puedan dar recursos”, expresaba sin titubear Riquelme Solís.

Pero no se estrenó

En enero de 2021, Alfonso Tafoya, entonces director del organismo regulador del transporte masivo en Coahuila, aseguró que en julio de aquel año comenzaría a trabajar el Metrobús:

“Desde el 30 de junio del año pasado (2020) la obra ya estaba concluida, ya está lista para ser operada, desafortunadamente otro fenómeno, el de la pandemia, no nos permitió operar como estábamos comprometidos con el gobierno federal y principalmente con la ciudadanía de La Laguna, que era, a principios del 2021, derivado de que el aforo de los transportistas se les bajó”.

Llegó esa fecha, y tampoco hubo un arranque del Metrobús

En octubre de 2022, para seguir con las apariencias, se presentó a los medios de comunicación un camión King Long modelo 2021 supuestamente para hacer pruebas del recorrido, solo resultó una estrategia para ganar tiempo; los engaños se fueron sucediendo.

Incluso en febrero de 2023, una extraña maniobra fue ejecutada por el gobierno de Riquelme: tumbaron parte del techo de lo que han llamado Estación Nazas, a la entrada de la ciudad, supuestamente para adecuar y como “reforzamiento de la plataforma donde habrán de girar los camiones”, declaró en su momento Fernando Gutiérrez Pérez, a quien le asignaron la responsabilidad de informar al respecto.

Las primeras auditorías

La Auditoría de Cumplimiento a Inversiones Físicas de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró que en las cuentas públicas de 2018 y 2019 “trabajos de mala calidad en el concepto de carpeta de concreto hidráulico; pagos indebidos por equipos de señalización no suministrados y por obra pagada no ejecutada; falta de aplicación de sanciones por el incumplimiento del programa de obra; pagos en exceso en el concepto Carga y Acarreo de material producto de la excavación; se consideraron costos horarios distintos a los autorizados en el concurso; no se contó con la especificación particular para definir el alcance de un precio ni con el soporte documental correspondiente y utilización de equipos distintos de los descritos en el catálogo de conceptos y matrices de precios unitarios”, asienta el documento oficial de la ASF con el número 690-DS-GF.

La construcción del Metrobús Laguna inició con una inversión de mil 400 millones de pesos, se contempló una ruta de 25 kilómetros de longitud, 1.2 kilómetros de par vial y 8.5 kilómetros de carriles confinados. Para el 2021, de acuerdo a la Secretaría de Hacienda, se proyectaba un monto de inversión superior a los 3 mil millones de pesos.

SIN RESPALDO ABSOLUTO DE LOS CONCESIONARIOS

Se planearon 22 estaciones de transborde y la operación de 105 camiones; las estaciones están en constante deterioro y de los camiones, ni hablar, porque no fraguó el proyecto, ya que tampoco se contó con el respaldo absoluto de los concesionarios del transporte a quienes se les exigió invertir en las unidades, pero con el argumento de que el aforo de pasajeros disminuyó y con ello sus ingresos, debido a las decisiones de gobierno durante la pandemia al suspender trabajos, no les fue posible comprar los camiones.

A pesar de los retrasos y problemas enfrentados, como los derivados de la pandemia y la necesidad de ajustar el modelo de negocio, Riquelme reiteraba que el Metrobús Laguna sería una realidad antes de que concluyera su administración estatal.

RETRASOS SE VOLVIERON MÁS FRECUENTES

A medida que avanzaba el tiempo, los retrasos se volvieron más frecuentes, y las razones detrás de ellos comenzaron a generar sospechas. Los ciudadanos y medios locales denunciaron que el proyecto, que inicialmente prometía operar en 2017, sufrió múltiples reprogramaciones debido a problemas administrativos y financieros.

En particular se destacaron irregularidades en la adjudicación de contratos y en el manejo de los recursos. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) y la Auditoría Superior del Estado (ASE) han señalado inconsistencias en la ejecución de las obras y en el destino de los fondos asignados para el proyecto.

La administración de Miguel Ángel Riquelme fue señalada en diversas ocasiones por la falta de claridad en la rendición de cuentas.

El retraso en la puesta en marcha del Metrobús Laguna impacta negativamente en la movilidad de la región. La falta de un sistema de transporte eficiente mantiene los problemas de tráfico y afecta la calidad de vida de los habitantes.

Por otra parte, la desconfianza generada por las acusaciones de corrupción impacta en la credibilidad de las autoridades locales. El futuro del proyecto sigue siendo incierto.

Papa caliente

“En la revisión del análisis de costo-beneficio del proyecto BRT Corredor Troncal de la Laguna, en el Estado de Coahuila, elaborado en noviembre de 2014, se observó que se realizó una inadecuada planeación debido a que no cumplió con el plazo de dos años programado para la ejecución del proyecto de inversión, el cual debió concluir y entrar en operación en 2016, ni con el objetivo planteado de incrementar el bienestar de los usuarios de transporte público de la Zona Metropolitana de La Laguna, a través de la implementación de un sistema de transporte masivo.

Posteriormente, en 2016, se elaboró una actualización que consideraba concluir y entrar en operación en 2018, la cual también se incumplió; asimismo, con las visitas de verificación física de la obra que personal de la Auditoría Superior de la Federación y del Gobierno del Estado de Coahuila de Zaragoza efectuaron los días 23, 24 y 25 de marzo de 2021, se constató que la mayor parte de los trabajos realizados en los tramos 1, 2 y 3 como el pavimento de concreto hidráulico, las estaciones abiertas, los puentes peatonales, el carril para bicicleta y las banquetas, presentan deterioro y daños ocasionados por el vandalismo”, señala la ASF en el informe antes citado.

DEBÍA ESTAR TERMINADA EN 2016

Una obra que debía estar terminada en 2016 fue reprogramada para 2018, y posteriormente para 2020 y 2021. El constante cambio de fechas genera una sensación de incertidumbre y desconfianza entre la ciudadanía.

Las visitas de verificación realizadas en 2021 revelan el deterioro y daño de las estructuras debido a la falta de mantenimiento y al vandalismo. Estas visitas confirman que la obra no está en condiciones de operar.

La historia del Metrobús Laguna es un ejemplo claro de cómo la falta de coordinación entre los niveles de gobierno y la mala gestión de los recursos públicos pueden afectar gravemente a una comunidad.

Los ciudadanos de Torreón y la región de La Laguna siguen esperando una solución a sus problemas de movilidad. La administración actual y las futuras tienen la responsabilidad de abordar estas cuestiones de manera transparente y eficiente, para no repetir los errores del pasado.

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