• «Sí al desarme, sí a la paz»: Sheinbaum y la iglesia se unen.
• La presidenta de México encabezó el inicio del evento en la Basílica de Guadalupe.
• Este plan busca disminuir homicidios, feminicidios y accidentes relacionados con armas.

En un esfuerzo conjunto, el Gobierno mexicano y la Iglesia católica dieron inicio al Plan Nacional de Desarme Voluntario “Sí al desarme, sí a la paz”. La presidenta Claudia Sheinbaum, acompañada de altos mandos militares y representantes religiosos, encabezó la ceremonia inaugural en la explanada de la Basílica de Guadalupe.

Este programa invita a la población a entregar armas de fuego a cambio de una compensación económica. “Las armas son un símbolo de violencia y muerte. No queremos que ninguna familia tenga un arma en su casa”, declaró Sheinbaum, subrayando la importancia de atacar las raíces de la violencia desde la infancia.

Asimismo durante el evento, se instalaron módulos para la recolección y destrucción de armas, incluyendo piezas deportivas, hechizas y explosivos. La campaña permanecerá en la Basílica hasta el 17 de enero y se extenderá a estados afectados por la violencia, como Guanajuato, Guerrero y Baja California.

La secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, destacó que este plan busca disminuir homicidios, feminicidios y accidentes relacionados con armas. “Cada arma entregada representa un delito menos o una tragedia menor”, afirmó.

Los impulsan

Ciudadanos como Virgilio Ramírez, quien entregó una pistola heredada, y otros participantes que ofrecieron granadas y fusiles, se sumaron al proyecto. La entrega es anónima y sin consecuencias legales, lo que ha motivado a muchas familias a participar.

El Ejército, encargado de destruir el armamento, también promovió el intercambio de juguetes bélicos por otros más educativos para niños.

Con incentivos que van de 4,000 a 26,450 pesos según el arma, el Gobierno busca fomentar la participación ciudadana en la construcción de un entorno más seguro. Finalmente, persiste el desafío del tráfico de armas provenientes de Estados Unidos, que abastece a los cárteles y contribuye a la violencia que cobra miles de vidas anualmente.