- AMLO deja un país inseguro para las mujeres.
- Alcanzó un alarmante incremento del 682% en comparación con el sexenio de Enrique Peña Nieto.
- Reportan 821 víctimas desde 2019 hasta septiembre de 2024, en contraste con solo 105 en el periodo anterior.
En la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, la violencia contra las mujeres ha alcanzado un alarmante incremento del 682% en comparación con el sexenio de Enrique Peña Nieto. Este significativo aumento ha sido documentado por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), que reporta 821 víctimas desde 2019 hasta septiembre de 2024, en contraste con solo 105 en el periodo anterior.
Los tipos de agresiones incluyen violencia económica, física, patrimonial, psicológica y sexual, además de amenazas de daños utilizando ácido u otras sustancias inflamables. Según datos recopilados en respuesta a una solicitud de información, el número de casos reportados en el periodo de López Obrador ha aumentado de 65 en 2019 a 272 en 2023, con un total de 59 incidentes registrados entre enero y septiembre de 2024.
Por el contrario, en la administración de Peña Nieto, las cifras fueron considerablemente más bajas, comenzando con solo dos casos en 2013 y alcanzando 61 en 2018. Estas estadísticas evidencian que las estrategias implementadas para proteger a las mujeres son insuficientes y carecen de un enfoque integral que aborde adecuadamente los derechos humanos.

Wendy Figueroa Morales, directora general de la Red Nacional de Refugios (RNR), sostiene que «los datos reflejan un error en el abordaje integral para lograr cambios reales con enfoque de derechos humanos, interseccional, de igualdad en la protección y seguridad de todas las mujeres y niñas». La Red proporciona refugios y atención especializada a mujeres y sus hijos en situaciones de violencia de género.
Mensaje para la primera presidenta
Figueroa también señala que el próximo gobierno enfrenta un reto significativo: «Hablar de derechos humanos es hablar de presupuestos garantizados, hablar de eliminación de las violencias es hablar de erradicar las desigualdades y discriminaciones que viven todas las mujeres, niñas y adolescentes».

La activista destaca que la violencia contra las mujeres es un problema estructural y sistémico que debe analizarse en profundidad. La creciente incidencia de la violencia se asocia con una cultura de impunidad que envía un mensaje claro a los agresores: que pueden actuar sin temor a consecuencias. Esto se suma a normas culturales que perpetúan el machismo y la desigualdad de género, contribuyendo a que la violencia sea socialmente tolerada.
Algo delicado
Además, la accesibilidad a sustancias corrosivas, como ácidos, agrava la situación, ya que su venta y uso no están regulados adecuadamente. La violencia de género es una deuda histórica que México no ha logrado saldar, tanto en este sexenio como en los anteriores.
Wendy Figueroa enfatiza que las instituciones dedicadas a atender la violencia de género en México están subfinanciadas, limitando su capacidad para ofrecer apoyo efectivo a las víctimas y llevar a cabo campañas de concienciación. Los presupuestos inadecuados afectan directamente a programas clave, incluidos aquellos destinados a refugios y a la prevención de la violencia.
Urgen mejoras
Por su parte, María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), señala que se necesita un mejor seguimiento de las alertas de violencia de género en diversos estados. Explica que uno de los principales problemas son los bancos de datos, que deben actualizarse y administrarse por personal capacitado en todas las dependencias. «Es importante que estén los registros desde la policía municipal, de los institutos, porque las cifras son una dificultad», concluye.

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