- Trump presume fuerza militar y minimiza la crisis económica.
- Volvió a atacar a la prensa, defendió su política económica —a pesar del aumento del coste de vida— y sugirió que podrían iniciar ataques por tierra en Venezuela.
- Su secretario de Defensa enfrenta señalamientos por un posible crimen de guerra en el Caribe.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reunió este martes a su Gabinete por novena vez desde su regreso al poder. El encuentro, el último de 2025, se desarrolló con el ya habitual formato: elogios desmedidos al mandatario, un repaso exagerado de sus “logros” y ataques directos a la prensa. En medio del espectáculo político, volvió a surgir la sombra de una posible ofensiva militar en Venezuela.
Durante la sesión, que se extendió por más de dos horas y media, Trump aseguró que su Gobierno está listo para iniciar “ataques por tierra” contra narcotraficantes en territorio venezolano. “Sabemos dónde están, qué rutas toman. Vamos a acabar con esos hijos de perra”, lanzó, exagerando el dato de que “200.000 estadounidenses” murieron por sobredosis en 2024.
Presión sobre el Pentágono y un posible crimen de guerra
La tensión también rodeó al secretario de Defensa, Pete Hegseth, acusado por una investigación periodística de haber ordenado un segundo ataque contra una narcolancha en el Caribe el pasado 2 de septiembre. El operativo, realizado en aguas internacionales, habría rematado a dos supervivientes indefensos, lo que congresistas de ambos partidos califican ya como un posible crimen de guerra.
La Casa Blanca confirmó el lunes que hubo un segundo ataque y responsabilizó al almirante Frank Bradley, comandante de las Fuerzas Especiales. Una movida interpretada como un intento de proteger a Hegseth, quien sostiene que salió “a otra reunión” durante el bombardeo, pese a haber seguido el operativo en vivo.
En la reunión, Hegseth defendió la ofensiva contra el narco y presumió que las ejecuciones extrajudiciales han reducido en “un 91%” la entrada de droga por mar, una cifra para la que no presentó evidencia. “Hemos tenido que parar porque ya no encontramos embarcaciones”, dijo orgulloso.
“El coste de la vida es un bulo demócrata”
Trump abrió la reunión defendiendo su manejo económico, el área que más cuestionamientos genera entre los estadounidenses tras 11 meses de su administración. Su política arancelaria ha disparado precios y tensiones comerciales, pero el presidente desestimó las críticas calificándolas como “un bulo demócrata”.
El comentario contrasta con las recientes victorias electorales de los demócratas, que capitalizaron el malestar por el aumento del coste de vida. Aun así, Trump volvió a confiar en el poder de su narrativa personal para moldear la realidad política: una estrategia arriesgada para un país donde la inflación se siente directamente en el bolsillo.
De la Guardia Nacional al Nobel de la Paz
El presidente también se atribuyó la “pacificación” de Washington gracias al despliegue de la Guardia Nacional, defendió reformas internas en la Casa Blanca, aseguró que merece el Premio Nobel de la Paz, y presumió de salud en contraste con su antecesor, Joe Biden. Todo mientras algunos miembros del Gabinete luchaban por mantenerse despiertos durante los elogios obligados.
“Doy cuatro conferencias al día. Contesto preguntas de lunáticos muy inteligentes como ustedes”, dijo Trump a los periodistas, en uno de sus momentos más teatrales. “Nunca hay un escándalo. Nunca hay un problema”.
Una noche récord en redes
La reunión se celebró horas después de que Trump rompiera su marca personal en redes sociales: 93 publicaciones en una sola hora en Truth, su plataforma. Una avalancha de mensajes sobre temas diversos, muchos repetitivos, que reflejan el estado de ánimo del presidente y su dependencia de la comunicación directa con su base.
Con un Pentágono bajo presión, un incremento en el discurso militarista y una economía debilitada, el cierre del año deja a Trump con múltiples frentes abiertos… y a Estados Unidos bajo la incertidumbre de sus próximos movimientos.







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