- Trump amenaza con operaciones terrestres.
- A supuestos narcotraficantes en Venezuela, tras semanas de ataques en el Caribe sin pruebas sobre actividades de narcotráfico.
- La presión militar y política contra Nicolás Maduro continúa en ascenso.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elevó nuevamente el tono este jueves durante una audiencia virtual con miembros de las Fuerzas Armadas por el Día de Acción de Gracias. En plena escalada retórica y militar contra Venezuela, el mandatario aseguró que su gobierno podría comenzar “muy pronto” a detener por tierra a presuntos narcotraficantes venezolanos, como extensión de la operación que ya ejecuta en el Caribe.
“Por tierra es más fácil”, afirmó Trump desde su residencia en Mar-a-Lago, en Florida. “Les hemos avisado: dejen de mandar veneno a nuestro país”, agregó, responsabilizando al régimen de Nicolás Maduro del tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
Más de 80 muertos en ataques sin pruebas de narcotráfico
Desde el 2 de septiembre, bajo la operación Lanza del Sur, el gobierno estadounidense ha bombardeado al menos 21 embarcaciones, causando la muerte de 83 personas en aguas del Caribe. Pese a la difusión de videos que muestran las explosiones de supuestas narcolanchas, Washington no ha presentado pruebas de que los objetivos estuvieran involucrados en el tráfico de drogas ni ha revelado la identidad de los tripulantes.
Los analistas coinciden en que la ofensiva marítima responde más a una estrategia de presión política que a un combate real al narcotráfico. Las rutas principales de fentanilo —la droga que más muertes causa actualmente en EE.UU.— provienen de México y, en menor medida, de China, no del Caribe.
Un despliegue naval sin precedentes en el Caribe
La escalada militar aumentó con la llegada del USS Gerald Ford, el portaaviones más grande de la Armada estadounidense, que marcó un punto de inflexión en las operaciones. Además, el Departamento de Estado clasificó oficialmente como organización terrorista al supuesto Cartel de los Soles, una estructura criminal de contornos difusos que, según EE.UU., encabeza Maduro. La recompensa para capturar al líder venezolano asciende ya a 50 millones de dólares.
Trump aseguró que, ante la disminución del tráfico por mar —según él, por temor a los bombardeos—, su administración contempla expandir las acciones hacia el territorio venezolano.
¿Intervención o negociación? Trump envía señales contradictorias
A pesar del discurso beligerante, Trump también afirmó esta semana que estaría dispuesto a dialogar con Maduro para “salvar vidas”. No obstante, advirtió que si no obtiene resultados “por las buenas”, actuará “por las malas”.
Esta aparente apertura ocurre en un contexto en el que la opinión pública estadounidense rechaza una intervención militar. Las encuestas indican que 7 de cada 10 ciudadanos se oponen a una nueva guerra en el extranjero, una presión que limita las opciones del mandatario pese al impulso intervencionista de parte de su gabinete, incluido el secretario de Estado, Marco Rubio.
Un Maduro oscilante entre el desafío y el llamado a la paz
En Venezuela, Nicolás Maduro ha mostrado mensajes contradictorios en sus apariciones públicas. Alterna discursos de desafío, donde llama a la población a defender la soberanía con movilizaciones civiles, con momentos de aparente conciliación en los que invita al diálogo con gestos simbólicos, música y llamados a la concordia.
Por ahora, no existe confirmación de una reunión entre ambos líderes ni una fecha tentativa. Mientras tanto, la tensión crece y la región observa con preocupación hasta dónde está dispuesto a llegar Washington.







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