- Toque de queda en Los Ángeles por incendios forestales.
- El alguacil Robert Luna confirmó que alrededor de 153,000 personas siguen bajo órdenes de evacuación obligatoria.
- Casi 800 prisioneros en el sur de California se han unido a los esfuerzos de combate contra los incendios.
El condado de Los Ángeles enfrenta una situación crítica debido a los devastadores incendios forestales que arrasan la región. Este viernes, las autoridades locales decretaron un toque de queda en las zonas afectadas para proteger la seguridad pública, evitar saqueos y resguardar las propiedades. Las restricciones estarán vigentes desde las 6:00 p.m. hasta las 6:00 a.m., hora local.
El último informe del Departamento Médico Forense de Los Ángeles confirmó que el número de víctimas mortales ha ascendido a 10, mientras los incendios siguen extendiéndose, especialmente en el frente Kenneth, que comenzó a arder cerca de Calabasas. Este incendio se investiga como provocado y ya hay un sospechoso arrestado. Además, 20 personas han sido detenidas por robo en las zonas afectadas.
El incendio Kenneth se sumó al fuego en Pacific Palisades, que ya lleva varios días arrasando, convirtiéndose en uno de los desastres naturales más destructivos en la historia de Los Ángeles. El fuego ha destruido más de 14,500 hectáreas y miles de edificaciones, obligando a la evacuación de más de 150,000 personas.
Evacuaciones y medidas de seguridad
El alguacil Robert Luna confirmó que alrededor de 153,000 personas siguen bajo órdenes de evacuación obligatoria, mientras que otras 166,000 están en alerta. En un esfuerzo por garantizar la seguridad, se ha implementado un toque de queda en las zonas de evacuación, cubriendo las áreas afectadas por los incendios Palisades y Eaton. Luna enfatizó que cualquier persona encontrada en estas áreas durante el toque de queda será arrestada y podría enfrentar cargos, multas o incluso prisión.
Prisioneros luchan contra los incendios: una polémica práctica
Mientras tanto, casi 800 prisioneros en el sur de California se han unido a los esfuerzos de combate contra los incendios, formando parte de los 7,500 bomberos que luchan por contener el desastre. Los reclusos, que trabajan en un programa en funcionamiento desde 1915, reciben entre 5.80 y 10.24 dólares al día, con un pago adicional en emergencias.
Este controvertido programa se basa en la 13ª Enmienda de la Constitución de EE. UU., que permite el trabajo forzado como parte del castigo por delitos. Sin embargo, la práctica ha sido objeto de críticas, especialmente por los riesgos que enfrentan los prisioneros, quienes, según informes, tienen mayor probabilidad de sufrir lesiones graves en comparación con los bomberos profesionales.
La discusión sobre el trabajo penitenciario ha ganado fuerza en los últimos años. En 2024, Nevada aprobó la prohibición del trabajo no remunerado en las cárceles, mientras que los votantes de California rechazaron la propuesta.
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