• Se intensifica la contienda entre Kamala Harris y Donald Trump.
• Tras el reciente debate vicepresidencial, los candidatos no tienen eventos relevantes en la agenda hasta el 5 de noviembre.
• A medida que la campaña entra en su recta final, los expertos prevén una «sorpresa de octubre».

Las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024 se han convertido en una historia llena de giros inesperados. A un mes del día de la votación, los candidatos, Donald Trump y Kamala Harris, se enfrentan en una contienda reñida, centrada en siete estados clave que decidirán quién ocupará la Casa Blanca.

Ambos han intensificado sus ataques personales, con Trump apelando a insultos y desinformación, y Harris respondiendo con críticas sobre el incumplimiento del expresidente respecto a la Constitución.

Tras el reciente debate vicepresidencial, los candidatos no tienen eventos relevantes en la agenda hasta el 5 de noviembre, día de las elecciones. Lo que queda es una carrera marcada por mítines y campañas publicitarias agresivas, en la que la batalla por el voto está más viva que nunca.

Trump ha endurecido sus discursos xenófobos y racistas, señalando a la inmigración y la economía como los mayores problemas del país, mientras Harris enfrenta un escenario complejo a nivel internacional debido al apoyo del gobierno de Joe Biden a Israel, que ha provocado tensiones entre votantes árabes en estados clave como Michigan.

El panorama económico, sin embargo, favorece a Harris: la inflación ha caído, el empleo ha crecido, y la amenaza de una recesión parece lejana.

A pesar de los intentos de Trump por recuperar su antiguo puesto, su campaña está marcada por polémicas judiciales y ataques constantes a la oposición. De ganar, sería el primer presidente en recuperar el cargo tras perderlo desde 1892, mientras que Harris haría historia como la primera mujer negra en llegar al Despacho Oval.

A medida que la campaña entra en su recta final, los expertos prevén una «sorpresa de octubre» que podría cambiar el rumbo de la contienda. Hasta entonces, el país permanece en vilo, esperando el desenlace de esta película electoral que, sin duda, aún tiene varios capítulos por escribir.