- Rusia intensifica bombardeos invernales contra Ucrania.
- El presidente ruso, Vladímir Putin, justificó los ataques.
- El Ministerio de Energía de Ucrania informó que este es el undécimo ataque masivo.
En la mañana del jueves, Rusia desató una nueva oleada de ataques masivos contra la infraestructura energética de Ucrania, con el lanzamiento de 90 misiles y 97 drones bomba que impactaron en una docena de provincias.
Este ataque ha dejado sin electricidad a cientos de miles de personas en regiones como Lviv, Volinia y Rivne, en un esfuerzo del Kremlin por debilitar los servicios básicos de la población ucraniana durante los meses más fríos.
El presidente ruso, Vladímir Putin, justificó los ataques como una respuesta al uso de misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos y el Reino Unido por parte del ejército ucraniano. Putin también advirtió sobre la posible intensificación de los bombardeos, mencionando el uso del misil hipersónico Oréshnik, diseñado para escenarios nucleares, que ya había sido empleado la semana pasada contra instalaciones militares en Dnipró.
Impacto en la infraestructura civil
El Ministerio de Energía de Ucrania informó que este es el undécimo ataque masivo contra la red eléctrica en lo que va del año. Las autoridades estiman que el país ha perdido un 60% de su capacidad de generación eléctrica debido a los bombardeos. «El sector energético se encuentra de nuevo bajo un ataque masivo del enemigo», declaró Herman Galushchenko, ministro de Energía.
Los ataques también dañaron edificios civiles en ciudades como Kiev y Odesa. A pesar de la magnitud del ataque, las Fuerzas Aéreas de Ucrania lograron interceptar 79 misiles y 35 drones, según reportes oficiales.
La respuesta de Ucrania
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, denunció el uso de munición de racimo por parte de Rusia, señalando que estos proyectiles complican la reparación de infraestructuras. En un mensaje a través de sus redes sociales, Zelenski insistió en la necesidad de recibir más sistemas de defensa antiaérea de sus aliados occidentales. “Estos sistemas salvan vidas y deben estar en Ucrania, no en almacenes”, enfatizó.
La amenaza de Putin
En una conferencia en Kazajistán, Putin elevó el tono de sus amenazas, sugiriendo que los misiles Oréshnik podrían ser dirigidos contra centros de toma de decisiones en Kiev. También calificó al gobierno ucraniano como «ilegítimo» debido a la imposibilidad de realizar elecciones normales durante la invasión rusa.
Por otro lado, el mandatario ruso aseguró que la industria bélica de su país produce diez veces más misiles que todos los países de la OTAN juntos y prometió un aumento en la producción para 2025.
Contexto del conflicto
Este nuevo ataque ocurre en un momento en el que Ucrania busca consolidar su presencia en la provincia rusa de Kursk, una región parcialmente ocupada desde agosto. Con el apoyo de misiles de largo alcance proporcionados por Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, Kiev pretende demostrar la vulnerabilidad de Rusia en su propio territorio.
El ataque masivo del jueves sigue el patrón de bombardeos previos, como el ocurrido el 17 de noviembre, cuando Rusia empleó 120 misiles y 90 drones bomba. La estrategia del Kremlin parece centrarse en infligir daños generalizados a la infraestructura crítica de Ucrania mientras amenaza con escalar el conflicto aún más.
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