- Redadas de deportación en Nueva York.
- Testigos vieron cómo un sospechoso sacado esposado, con grilletes en las muñecas y pies.
- El alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha buscado calmar los temores de los residentes.
La madrugada del martes, agentes federales fuertemente armados desplegaron una serie de redadas de deportación en las calles de Nueva York, en un golpe inicial de la nueva ofensiva del gobierno de Donald Trump contra inmigrantes ilegales.
El operativo se centró en individuos involucrados en delitos graves como secuestros, asesinatos y robos violentos, con un enfoque claro: sacar de Estados Unidos a los «criminales peligrosos».
La nueva secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, estuvo presente en el operativo, vistiendo un chaleco antibalas y uniéndose a un gran contingente de oficiales de distintas agencias federales. Las redadas comenzaron temprano en la mañana en el Bronx, donde las primeras detenciones involucraron a inmigrantes con órdenes de arresto por delitos alarmantes como extorsión, amenazas, secuestro y otros crímenes violentos.
Un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) explicó que la operación estaba diseñada para “sacar a los malos del país”, y añadió que se trataba de un esfuerzo para detener a “asesinos, secuestradores e individuos acusados de asalto y robo”. Entre los detenidos figuraba un ciudadano dominicano buscado por un doble homicidio en su país, quien tenía una notificación roja de Interpol.
Kristi Noem compartió imágenes del operativo y destacó que este es un cumplimiento de la promesa de Trump de garantizar la seguridad en las calles estadounidenses, asegurando que el gobierno está actuando de acuerdo con sus compromisos.
La redada en un edificio de apartamentos del Bronx despertó a los residentes con un fuerte estruendo. Testigos vieron cómo un sospechoso sacado esposado, con grilletes en las muñecas y pies, mientras algunos vecinos expresaron su preocupación por las posibles repercusiones para la comunidad inmigrante.
“Todos se preguntan cómo están seleccionando a las personas. ¿Es solo gente que ya ha sido detenida o hay otros criterios?”, comentó un residente, preocupado por la incertidumbre que rodea a las redadas.
Ofensiva más amplia contra los inmigrantes ilegales que ha involucrado múltiples ciudades santuario
Este operativo forma parte de una ofensiva más amplia contra los inmigrantes ilegales que ha involucrado múltiples ciudades santuario en los Estados Unidos, como Chicago, Seattle, Atlanta, Los Ángeles y Nueva Orleans. Desde que asumió la presidencia, Trump flexibilizó las reglas sobre las redadas de deportación, permitiendo la entrada de agentes federales en sitios “sensibles” como iglesias y juzgados, lugares que históricamente considerados seguros para los inmigrantes.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha buscado calmar los temores de los residentes, asegurando que la ciudad continuará actuando bajo su estatus de santuario. No obstante, la política federal más agresiva ha generado tensiones en la ciudad, que alberga a una gran población inmigrante.
Por su parte, el director de ICE, Tom Homan, advirtió que la cifra de arrestos y deportaciones aumentará a medida que se abra la puerta a más operaciones en todo el país, enfocándose en aquellos que representan una amenaza para la seguridad pública y nacional.
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