• Papa Francisco: abusos son la vergüenza de la Iglesia.
• El papa Francisco subrayó que la Iglesia debe afrontar esta «plaga» con firmeza.
• El caso de Roger Vangheluwe, exobispo de Brujas, es emblemático en Bélgica.

El papa Francisco, en su visita a Bélgica, uno de los países más críticos con el manejo de la pederastia por parte de la Iglesia católica, reconoció que los abusos sexuales cometidos a menores y silenciados por décadas son “la vergüenza y la humillación de la Iglesia”. En un discurso improvisado, ante autoridades nacionales y los reyes Felipe y Matilda, el Pontífice destacó que la Iglesia debe pedir perdón y asumir su responsabilidad en estos crímenes, asegurando que se tomarán medidas para prevenir que estos actos vuelvan a ocurrir.

El papa Francisco subrayó que la Iglesia debe afrontar esta «plaga» con firmeza, escuchando y apoyando a las víctimas, además de implementar programas de prevención a nivel mundial. Estas declaraciones, aunque recibidas con alivio por algunas víctimas, también generaron cautela, ya que durante semanas habían reclamado acciones más contundentes. Además, el Pontífice mantendrá una reunión a puerta cerrada con un grupo de víctimas, un gesto que, según sus críticos, debería ser más abierto y transparente.

El primer ministro belga, Alexander De Croo, también urgió a la Iglesia a que reconozca plenamente los crímenes y destacó que “las palabras no bastan”; es necesario tomar medidas concretas para hacer justicia y brindar reparación a las víctimas.

El caso de Roger Vangheluwe, exobispo de Brujas, es emblemático en Bélgica. Tras admitir haber abusado de su sobrino durante años, continuó como obispo emérito y sacerdote hasta marzo pasado, lo que desató una ola de críticas en el país. La reciente expulsión del estado clerical del exobispo vista como una condición para que la visita papal tuviera lugar.

Este viaje a Bélgica representa un momento clave para la Iglesia católica en su esfuerzo por reconciliarse con las víctimas de abusos, no solo en este país, sino a nivel mundial, en lo que muchos esperan sea el inicio de un proceso real de verdad y justicia.