- La «ley grande y hermosa» de Trump supera el Senado.
- Tras intensos debates, fracturas internas y amenazas de Elon Musk.
- La norma regresa a la Cámara para su ratificación.
Con apenas un voto de diferencia y tras maratónicas sesiones, el Senado aprueba la ambiciosa y polémica reforma fiscal impulsada por el presidente, pese a divisiones internas y amenazas del magnate Elon Musk.
Washington, D.C. — Tras cuatro días de tensión, votaciones sin descanso y negociaciones frenéticas, el Senado de Estados Unidos ha aprobado este martes por la mínima la llamada “One Big Beautiful Bill” (BBB), la piedra angular de la agenda económica de Donald Trump, en una sesión que ha dejado al descubierto las fracturas del Partido Republicano, la fragilidad institucional y la creciente sombra de Elon Musk sobre la política estadounidense.
El proyecto, de 940 páginas, leído en su totalidad el sábado por empleados del Senado durante 15 horas consecutivas, en una maniobra dilatoria liderada por el demócrata Chuck Schumer. El texto contempla reducciones fiscales para trabajadores y empresas, miles de millones de dólares para el plan de deportación masiva, fuertes recortes a programas sociales como Medicaid y SNAP, así como la eliminación de exenciones a energías limpias. Todo ello con un costo proyectado de 3.3 billones de dólares adicionales al déficit en la próxima década, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
La aprobación tan ajustada que el vicepresidente J.D. Vance tuvo que desempatar, dejando el marcador en 51 votos a favor contra 50 en contra. Tres senadores republicanos votaron con los demócratas: Rand Paul, Thom Tillis y Susan Collins, en rechazo a los efectos del recorte social. La senadora Lisa Murkowski y Josh Hawley, que amagaron con rebelarse, acabaron votando a favor tras recibir concesiones para sus Estados.
Una batalla de desgaste
Durante el ya célebre Vote-o-Rama, que se extendió más de 27 horas, los senadores debatieron hasta la madrugada, mientras reporteros, asesores y repartidores de comida campaban por los pasillos del Capitolio. Schumer comparó el momento con una versión sin gloria de Mr. Smith Goes to Washington, mientras Tillis, uno de los disidentes republicanos, estalló contra la “hipocresía” del Congreso antes de anunciar que no buscará la reelección.
Elon Musk contra todos
Uno de los elementos más surrealistas del proceso fue la aparición digital de Elon Musk, quien arremetió contra la ley en su red social X, tachándola de “completamente loca”. El empresario prometió financiar campañas contra los republicanos que votaron a favor y revivió su amenaza de crear un tercer partido político. Trump, desde Truth Social, respondió con tono desafiante, insinuando que Musk podría devorado por su propia creación: el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), diseñado —irónicamente— por el mismo Musk para adelgazar la burocracia estatal.
Lo que sigue: más drama en la Cámara
La BBB ahora vuelve a la Cámara de Representantes, donde ya aprobada por un solo voto en mayo (215-214), pero deberá discutirse de nuevo por los múltiples cambios añadidos en el Senado. Trump espera firmarla antes del 4 de julio, aunque la resistencia dentro de su propio partido y las críticas a los recortes sociales podrían complicar su calendario.
Una promesa con pies de barro
Trump ha justificado los posibles efectos negativos de la ley —como el desmantelamiento parcial de Medicaid— con la promesa de que el crecimiento económico lo compensará “multiplicado por 10”. Pero ni siquiera todos los suyos están convencidos. El precio político puede ser elevado: una mezcla de pragmatismo, chantaje ideológico y oportunismo está redefiniendo el poder en el Capitolio.
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