- La Casa Blanca de Trump adopta propaganda supremacista.
- El mensaje, creado por un extremista blanco, aviva la ofensiva antiinmigrante del Gobierno republicano.
- Las protestas no se han hecho esperar: Nueva York y Los Ángeles ya salieron a las calles.
Un cartel inspirado en el Tío Sam llama a denunciar a indocumentados. El mensaje, con orígenes supremacistas, fue replicado por cuentas oficiales del Gobierno de EE. UU.
Washington, D.C.— En uno de los momentos más tensos de su administración, el presidente Donald Trump ha dado un paso más en su férrea política antiinmigrante al amplificar un mensaje de corte supremacista desde cuentas oficiales de su Gobierno. Se trata de un cartel con la imagen del Tío Sam que exhorta a los ciudadanos a “denunciar a los invasores extranjeros”, en referencia a personas inmigrantes sin documentos.
El cartel, compartido por la Casa Blanca y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), muestra al icónico Tío Sam con un mensaje directo: “Ayuda a tu país… y a ti mismo… denuncia a todos los invasores extranjeros”. Junto a la imagen, las publicaciones oficiales añadieron un número de teléfono del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) para facilitar las denuncias.
Origen supremacista del cartel
La imagen fue originalmente creada por un usuario identificado como Mr. Robert, autodenominado “autor de propaganda de guerra” y confeso supremacista blanco, quien frecuentemente difunde mensajes como “Despierta, hombre blanco” y se refiere a Trump como “la gran esperanza blanca”.
El propio autor expresó sorpresa al ver su cartel compartido por el Gobierno federal. “No parecía que fuera a tener más impacto”, escribió en la red social X (antes Twitter). Más tarde, presumió que “quizás hasta Trump le eche un vistazo”.
Escalada ideológica y represión migrante
La adopción de esta propaganda no ha sido un hecho aislado. Desde su regreso al poder, Trump ha reinstalado políticas que persiguen abiertamente a las comunidades migrantes, ha indultado a extremistas como los Proud Boys y ha impulsado leyes que atacan el acceso de extranjeros a universidades, niegan visas a ciudadanos de África, América Latina y Medio Oriente, y eliminan protecciones para refugiados y solicitantes de asilo.
La difusión del cartel ha provocado indignación entre defensores de derechos humanos y abogados migratorios. “Este país está en serios problemas”, escribió Aaron Reichlin-Melnick, del Consejo Americano de Inmigración. “Lo que realmente hizo grande a Estados Unidos está siendo destruido: el Estado de derecho, la igualdad y el servicio público profesional”.
Resistencia en las calles
El endurecimiento del discurso y las redadas del ICE han generado protestas masivas en ciudades como Los Ángeles y Nueva York, donde miles de personas han salido a defender a sus comunidades. Líderes locales han acusado a la Casa Blanca de usar tácticas propias de una “cacería” racial.
Sin embargo, para un sector del electorado trumpista, el cartel representa un acto de coherencia con el lema “Hagamos grande de nuevo a Estados Unidos”. Una narrativa que, más que apelar a la seguridad, normaliza el hostigamiento y la criminalización de la población migrante.
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