- Israel despliega miles de tropas ante posible invasión a Líbano.
- Han adoptado una estrategia similar a la utilizada en Gaza desde el inicio del conflicto el 7 de octubre.
- La ofensiva aérea del lunes marca el comienzo de una nueva fase en el conflicto.
En las últimas horas, Israel ha acelerado sus esfuerzos militares en el frente norte, en medio de una espiral de violencia sin precedentes. Según las últimas actualizaciones de las autoridades libanesas, el lunes se registraron 558 muertos en Líbano.
Tanto el gobierno como el ejército israelí están decididos a desmantelar la infraestructura de Hezbolá y cercar a su líder, Hasan Nasralá, quien se encuentra cada vez más aislado a medida que sus lugartenientes son asesinados. Simultáneamente, Israel mantiene a miles de soldados en alerta ante una posible invasión terrestre.
Los recientes movimientos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) indican que han adoptado una estrategia similar a la utilizada en Gaza desde el inicio del conflicto el 7 de octubre. A través de avisos telefónicos, panfletos, medios de comunicación y redes sociales, se está instando a la población civil libanesa a abandonar sus hogares. Este lunes, miles de familias respondieron al llamado para evitar ser blanco de los ataques aéreos. En respuesta, el gobierno libanés ha implementado un plan de emergencia para asistir a los desplazados.
FDI BUSCA RETROCEDER A LOS EFECTIVOS DE HEZBOLÁ
Mientras no se alcance un acuerdo de alto el fuego, que no parece cercano, las FDI buscan hacer retroceder a los efectivos de Hezbolá desplegados cerca de la frontera israelí. Esta estrategia tiene un doble objetivo: dificultar los ataques a las comunidades del norte de Israel y prevenir una invasión similar a la de Hamás el 7 de octubre.
El teniente coronel Yarden (su apellido no se divulga) compartió en una conversación en línea que el ejército israelí está preparado para una invasión terrestre inmediata. «Contamos con varias divisiones ofensivas altamente capacitadas y motivadas», afirmó, aunque subrayó que la decisión final corresponde al gobierno. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, puede autorizar la operación en cualquier momento.
La ofensiva aérea del lunes marca el comienzo de una nueva fase en el conflicto, según el general Herzi Halevi, jefe de las Fuerzas Armadas de Israel. Los bombardeos buscan desmantelar la infraestructura de Hezbolá, construida en las últimas dos décadas desde la última gran guerra en 2006. Durante la última semana, se han llevado a cabo numerosos ataques, resultando en decenas de muertos, incluyendo la destrucción de sistemas de comunicación de Hezbolá.
En la frontera, las fuerzas militares se preparan ante la posible orden de un asalto terrestre. El teniente coronel destacó que una parte considerable de las tropas anteriormente desplegadas en Gaza se han trasladado al norte debido al aumento de tensiones.
AUMENTAN VÍCTIMAS EN LÍBANO DRÁSTICAMENTE
En Líbano, el número de víctimas ha aumentado drásticamente. El lunes, más de 490 personas, muchas de ellas mujeres y niños, perdieron la vida, y más de 1,600 resultaron heridas. Este se ha convertido en el día más mortífero en el país desde el fin de la guerra civil en 1990.
Hezbolá, a pesar de no contar con fuerza aérea, ha lanzado misiles, algunos de los cuales impactaron en Cisjordania. Aunque no se reportaron víctimas en Israel, la actividad del sistema antiaéreo se intensificó.
Ante el aumento de ataques, Israel ha emitido avisos a la población civil libanesa para que se mantenga alejada de las instalaciones de Hezbolá. Miles de familias han evacuado, mientras Beirut implementa un plan nacional de emergencia.
Israel ha presentado evidencias, incluyendo videos, que indican que Hezbolá utiliza infraestructura civil para llevar a cabo ataques, lo que, según Netanyahu, convierte al pueblo libanés en rehén. En el lado israelí, aproximadamente 60,000 personas han sido evacuadas por la contienda.
«Estamos comprometidos a que nuestros ciudadanos regresen a casa. Esto sucederá cuando se logre un acuerdo, ya sea ahora o tras una operación terrestre significativa», concluyó Yarden, advirtiendo sobre la magnitud de la destrucción que podría enfrentarse.
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