- Incendios en California: Un desastre sin precedentes.
- El origen de estos incendios se remonta a los fuertes vientos de Santa Ana.
- El coste humano y económico de estos incendios es devastador.
Los incendios de Eaton y Palisades, que llevan 11 días ardiendo, han arrasado California con una fuerza devastadora. Estos dos fuegos, los más grandes de una serie de siniestros registrados en una temporada de pesadilla, ya ocupan un espacio destacado en la historia del Estado: son los terceros y cuartos incendios más destructivos en la región. Alimentados por los fuertes vientos de Santa Ana, los incendios han dejado 25 muertos y devastado más de 16.000 hectáreas al noroeste y noreste de Los Ángeles.
Los incendios no han discriminado: han afectado tanto a las familias latinas y negras de clase media en las zonas de Pasadena y Altadena, como a las mansiones de celebridades en zonas exclusivas como Pacific Palisades y Malibú. Entre los afectados se encuentran figuras como Paris Hilton, Mel Gibson, Billy Crystal, y Diane Warren. La magnitud de la tragedia es alarmante: más de 11.400 propiedades han sido destruidas o dañadas, y se espera que las cifras sigan aumentando.
El origen de estos incendios se remonta a los fuertes vientos de Santa Ana, que llegaron tarde este año, desatando una temporada de incendios fuera de control. El martes 7 de diciembre, un matorral en llamas dio inicio a lo que se convirtió en el incendio de Palisades. En cuestión de horas, el fuego se expandió rápidamente, alcanzando 400 hectáreas, y cruzó la emblemática Pacific Coast Highway, arrasando parte de la costa de Malibú. A solo unos 60 kilómetros al este, el incendio Eaton comenzó a arrasar las montañas de San Gabriel, amenazando a pueblos cercanos como Pasadena y Altadena.
El caos se desató rápidamente
La ciudad de Los Ángeles vivió un caos de evacuaciones, con miles de residentes obligados a huir. Alrededor de 180.000 personas fueron desplazadas por el avance de las llamas, mientras que los barrios acomodados y sitios emblemáticos como el museo Getty y la villa de Will Rogers se vieron en peligro. A pesar de los esfuerzos de los bomberos, el fuego continuó avanzando, convirtiendo el paisaje urbano y rural en un infierno de destrucción.
La tragedia también ha dejado una crisis política. Mientras la ciudad ardía, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, fue criticada por estar en un evento en Ghana, lo que generó indignación en la comunidad local. Las autoridades reaccionaron tarde, y la falta de liderazgo en los primeros momentos generó un vacío de gestión. Mientras tanto, los esfuerzos de extinción se han visto limitados por la escasez de recursos y la magnitud de la tragedia. Bomberos de todo el país, e incluso de México y Canadá, han acudido al rescate. En total, más de 15.000 bomberos y 2.000 guardias nacionales han trabajado para controlar el fuego.
El coste humano y económico de estos incendios es devastador. Se han perdido vidas, hogares y propiedades. Entre los fallecidos se encuentran personas que, como Annette Rossilli de 85 años, no quisieron evacuar sus casas. Otros, como Anthony Mitchell y su hijo Justin, perdieron la vida esperando una ambulancia que nunca llegó debido a la magnitud de la emergencia. La incertidumbre sobre el origen de los incendios persiste, con investigaciones en curso, mientras las demandas de justicia y compensación crecen entre los afectados.
El gobernador de California, Gavin Newsom, ha tomado medidas para acelerar la reconstrucción, eliminando regulaciones ambientales que dificultaban la construcción y aprobando una moratoria en el pago de impuestos. Sin embargo, la recuperación será un proceso largo, y la tragedia continúa dejando secuelas políticas, sociales y económicas que no desaparecerán fácilmente.
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