- EU lanza ataque sorpresa contra instalaciones nucleares de Irán.
- Con 125 aviones y 75 proyectiles, ejecutó la Operación Martillo de Medianoche contra las instalaciones nucleares de Irán.
- Donald Trump autorizó la ofensiva en secreto, y el Pentágono afirma que el impacto fue devastador.
Washington, D.C. – En una de las operaciones militares más secretas y contundentes en décadas, Estados Unidos lanzó este sábado la Operación Martillo de Medianoche contra instalaciones nucleares iraníes. El ataque, autorizado por el presidente Donald Trump, desplegó 125 aeronaves y lanzó 75 proyectiles, incluidas 14 bombas GBU-57 de más de 13 toneladas, diseñadas para perforar búnkeres.
Las instalaciones nucleares en Fordow, Natanz e Isfahán fueron blanco de la ofensiva, en lo que representa la primera intervención directa de EE. UU. en suelo iraní desde 1979. Las autoridades estadounidenses aseguran que los objetivos han quedado “gravemente dañados”, aunque admiten que aún se evalúa el impacto total.
Estrategia de engaño militar
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor, general Dan Caine, revelaron que la operación se planificó durante meses con extremo sigilo. Parte de la estrategia incluyó el envío de bombarderos B-2 como señuelo hacia el Pacífico, mientras otros B-2 reales se dirigieron furtivamente a Irán desde el este.
Las bombas antibúnker fueron las primeras de su tipo en ser utilizadas en combate, y su impacto habría destruido infraestructuras subterráneas de alta seguridad en Fordow. En paralelo, misiles Tomahawk impactaron posiciones de misiles balísticos iraníes en Isfahán.
Sin respuesta defensiva iraní
Según el Pentágono, no hubo respuesta de fuego antiaéreo iraní durante el ataque, lo que refuerza la hipótesis de que se logró un golpe con efecto sorpresa total. Israel no participó en la operación, pero sus ataques previos habrían debilitado las defensas de Irán.
Trump informó previamente al Congreso —aunque solo a legisladores republicanos— y mantuvo una reunión con su Consejo de Seguridad Nacional durante la ejecución del ataque. La Casa Blanca suspendió el resto de las actividades públicas del día, sin anunciar la ofensiva.
EE. UU.: «No buscamos la guerra»
Pese a la magnitud del ataque, el Gobierno estadounidense insistió en que no busca un conflicto bélico con Teherán. “No estamos en guerra con Irán, sino con su programa nuclear”, declaró el vicepresidente J.D. Vance, quien además exhortó al régimen iraní a retomar la vía diplomática.
El mensaje desde Washington es claro: una línea roja ha sido cruzada y EE. UU. está dispuesto a actuar con contundencia si considera que sus intereses o los de sus aliados están en riesgo.
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