- EU intensifica guerra comercial: China y México en la mira.
- El presidente Joe Biden demuestra su determinación en la guerra comercial contra China.
- La situación pone de manifiesto la delicada posición de México.
La Casa Blanca sacude los cimientos del comercio internacional con una medida contundente: imponer aranceles del 50% a productos chinos por valor de 18.000 millones de dólares. Esta decisión no solo marca un nuevo capítulo en la disputa comercial sino que envía un mensaje claro tanto a China como a México.
Por un lado, el presidente Joe Biden demuestra su determinación en la guerra comercial contra China, buscando proteger los intereses de su electorado. Por otro lado, este movimiento también es una advertencia para México: la inversión china no es bienvenida en el país.
Expertos en comercio exterior anticipan que el próximo punto de fricción en el acuerdo comercial norteamericano, el TMEC, será la posible triangulación de bienes chinos a través de México para ingresar a Estados Unidos.
En una reciente conferencia de prensa, la representante comercial de EE. UU., Katherine Tai, expresó preocupación por la relación comercial entre México y China, insinuando posibles medidas adicionales a los aranceles anunciados. El foco de atención recae sobre los vehículos eléctricos, donde China ha emergido como un competidor de peso.
Kenneth Smith Ramos, exfuncionario mexicano involucrado en la negociación del TMEC, destaca que bloquear la inversión extranjera de esta manera sería violatorio del acuerdo comercial actual.
La situación pone de manifiesto la delicada posición de México, atrapado entre las tensiones comerciales de dos gigantes económicos. Mientras tanto, en EE. UU., se argumenta que la entrada de vehículos eléctricos chinos representa no solo una amenaza económica sino también un riesgo para la seguridad nacional.
La revisión del TMEC en 2026 se vislumbra como un escenario clave para abordar la incómoda presencia de China en la región. Sin embargo, para algunos expertos, esta situación podría representar una oportunidad para atraer inversiones de mayor calidad a México, aunque con el desafío de evitar prácticas comerciales desleales y promover el desarrollo de la industria local.
En medio de este panorama incierto, queda claro que la relación entre China, Estados Unidos y México continuará siendo un tema candente en el ámbito comercial y diplomático en los próximos años.
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