• Congreso avala a Trump como presidente de EE.UU.
• Logró 312 votos en el Colegio Electoral, frente a los 226 obtenidos de Kamala Harris.
• Hubo un fuerte dispositivo de seguridad.

En una sesión bajo estrictas medidas de seguridad y con una tormenta de nieve que complicó el día, el Congreso de Estados Unidos ratificó oficialmente la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2024, logrando 312 votos en el Colegio Electoral, frente a los 226 obtenidos por la vicepresidenta Kamala Harris. Esta certificación se llevó a cabo sin los disturbios y caos que marcaron la misma fecha hace cuatro años, cuando los seguidores del entonces presidente Trump irrumpieron en el Capitolio en un intento por revertir los resultados de las elecciones de 2020.

El proceso comenzó con la vicepresidenta Kamala Harris, quien presidió la sesión, leyendo los resultados del recuento de los votos electorales de los 50 estados. Como marca la tradición, los senadores y representantes de la Cámara de Representantes ocuparon sus asientos y comenzaron a escuchar los resultados de manera formal. A diferencia de la turbulenta certificación de 2021, esta vez no hubo protestas ni objeciones, ni de parte de los republicanos, quienes en años anteriores habían cuestionado los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, ni de los demócratas, a pesar de que la victoria de Trump no fue del todo bien recibida en el partido.

Control

La jornada de certificación estuvo impregnada por un alto dispositivo de seguridad, con barreras y fuerzas del orden desplegadas en el Capitolio, recordando el asedio de 2021. El proceso, que generalmente toma varias horas, se desarrolló con rapidez y sin contratiempos, completado en menos de media hora. La situación contrastó notablemente con la de hace cuatro años, cuando la violencia y las protestas interrumpieron la normalidad del evento.

En un momento histórico, Harris certificó los resultados de la elección, incluyendo su propia derrota ante Trump, lo que la ubicó en una situación similar a la que vivieron en el pasado otros vicepresidentes, como el demócrata Al Gore en 2001 y el republicano Richard Nixon en 1961. Durante la ceremonia, los legisladores no solo ratificaron la victoria de Trump, sino que también se comprometieron a seguir los procedimientos establecidos por la ley, que exige que un quinto de los legisladores de ambas cámaras levanten objeciones a los resultados para que se debatan, algo que no ocurrió en esta ocasión.

Una nueva era

Trump, quien días antes había declarado que se trataba de un «gran momento en la historia», celebró la ratificación de su victoria en sus redes sociales, calificándola de “gran victoria electoral”. En un mensaje de despedida, el presidente saliente Joe Biden pidió un traspaso de poder “normal y básico”, refiriéndose a los eventos de enero de 2021 como una «auténtica amenaza para la democracia». Biden expresó su esperanza de que ahora los EE.UU. estuvieran más allá de la crisis que se vivió en esa ocasión.

La jornada también se caracterizó por un marcado cambio en los procedimientos. En virtud de las modificaciones realizadas en la Ley de Recuento Electoral, ahora se requiere que al menos un quinto de los legisladores planteen una objeción para que los resultados sean debatidos. Esto fue un intento de evitar que se repitieran situaciones como las vividas en 2021, cuando se presentaron objeciones, aunque finalmente se desecharon.

«Mancha»

La certificación de la victoria de Trump también ocurre después de un complejo proceso judicial que incluyó juicios políticos y acusaciones por parte de fiscales federales. En 2021, Trump pasó por un juicio político tras incitar a la insurrección, pero lo absolvió el Senado. Más tarde, fiscales lo acusaron de conspiración para defraudar a Estados Unidos, aunque este caso se desestimó. Trump, quien es un personaje polarizador en la política estadounidense, dijo que los miembros del comité del 6 de enero, que investigaron el asedio al Capitolio, deberían estar en la carcel.

A pesar de las tensiones políticas y los desafíos legales que Trump ha enfrentado, la certificación de su victoria como presidente electo de Estados Unidos marca un hito en el proceso democrático, mostrando la solidez de las instituciones del país a pesar de las graves crisis vividas en los últimos años.