• Señalan a Unión Tepito y familiares en ataque de Diana Sánchez.
• Alejandra Barrios afirmó que su sobrina tenía motivos de venganza contra ellas.
• Diana Sánchez Barrios fue atacada tras bajar de su vehículo, mientras conversaba con una persona que también fue baleada.

Tras el atentado que sufrió la líder de comerciantes Diana Sánchez Barrios el jueves 17 de octubre en el Centro Histórico de la Ciudad de México, su madre, Alejandra Barrios, culpó a su sobrina, Claudia Morales Reyes, de ser la responsable del ataque, y vinculó a la Unión Tepito en los hechos.

En entrevista con Ciro Gómez Leyva, Alejandra Barrios afirmó que su sobrina tenía motivos de venganza contra ellas. “Es una injusticia lo que hicieron, y lo hizo mi sobrina. Ella quedó con un gran coraje”, aseguró Barrios.

La tensión familiar habría comenzado cuando el esposo y el hijo de Claudia Morales fueron encarcelados, acusados de violación y acoso sexual contra varias mujeres. Aunque Barrios aclara que ni ella ni Diana los denunciaron, asegura que las víctimas los señalaron ante las autoridades.

Vínculo con la Unión Tepito

Alejandra Barrios también mencionó la presunta colusión con la Unión Tepito, una de las organizaciones criminales más peligrosas de la capital, cuyos integrantes habrían ejecutado el atentado. Según Barrios, los sicarios iban en motocicleta y «cazaban» a Diana, quien en ese momento había detenido su vehículo para recoger unos lentes.

“Hay dos facciones de la Unión, están separadas. Los líderes son arrestados, pero los jóvenes que quedan en la banda siguen operando, los entrenan y les dan motos para cometer sus delitos”, detalló.

El atentado y sus consecuencias

Diana Sánchez Barrios fue atacada tras bajar de su vehículo, mientras conversaba con una persona que también fue baleada y falleció minutos después. Aunque Diana intentó esconderse, los agresores la siguieron y dispararon contra ella, así como contra el joven que la acompañaba en la motocicleta, quien se encuentra en estado grave en el hospital Balbuena.

Este ataque ha encendido nuevamente las alarmas sobre la violencia que enfrentan figuras públicas y activistas en la Ciudad de México, así como el impacto que las organizaciones criminales continúan teniendo en estos actos violentos.