• Pemex: el complejo legado que recibe Claudia Sheinbaum.
• Enfrenta 2024 con una carga financiera agobiante y un futuro incierto en su producción de gasolinas.
• Rodríguez Padilla, con más de 40 años de experiencia en Economía de la Energía, asegura que «Pemex no es una empresa muerta».

A menos de 40 días para el cierre de la administración de Andrés Manuel López Obrador, el sueño de la soberanía energética parece lejano. El proyecto de rescate de Petróleos Mexicanos (Pemex), uno de los pilares del gobierno de AMLO, queda incompleto y será una tarea pendiente para la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum.

Pese a las millonarias inyecciones de capital, que suman más de un billón de pesos, la petrolera sigue siendo la más endeudada del mundo, con un pasivo financiero de 99,391 millones de dólares y una producción de hidrocarburos líquidos en declive.

Pemex: un futuro incierto bajo una pesada deuda

Pemex enfrenta 2024 con una carga financiera agobiante y un futuro incierto en su producción de gasolinas. Víctor Rodríguez Padilla, quien asumirá la dirección de la paraestatal el próximo 1 de octubre, tendrá la ardua tarea de manejar una empresa asfixiada por deudas y pagos pendientes a proveedores, a pesar de las capitalizaciones y condonaciones fiscales implementadas durante el sexenio de López Obrador.

De los más de un billón de pesos inyectados a Pemex, el 61% (equivalente a 624 mil millones de pesos) se destinó al pago de la deuda, mientras que el resto se utilizó en infraestructura, como la compra de la refinería Deer Park en Texas y la construcción de Dos Bocas en Tabasco. Este último proyecto, que se anunció costaría 8 mil millones de dólares, terminó duplicando su presupuesto a más de 16 mil millones de dólares debido a retrasos e incidencias.

Rodríguez Padilla, con más de 40 años de experiencia en Economía de la Energía, asegura que «Pemex no es una empresa muerta», pero reconoce los desafíos que enfrenta. Aunque la deuda financiera de la paraestatal ha disminuido ligeramente desde 2018, sigue siendo un lastre considerable, con pagos de 4,800 millones de dólares antes de fin de año y 7,100 millones de dólares en 2025. Además, Pemex debe 19,726 millones de dólares a proveedores, lo que complica aún más su situación financiera.

El alivio fiscal y la deuda interminable

El rescate de Pemex también ha implicado significativas condonaciones fiscales. Hacienda redujo el Derecho de Utilidad Compartida (DUC) de 65% a 30%, uno de los impuestos más gravosos para la petrolera. Además, se han emitido decretos presidenciales para exonerar a Pemex de algunos impuestos, lo que significó un alivio de 110 mil millones de pesos entre octubre y enero pasados.

A pesar de estas medidas, Pemex reportó pérdidas de más de 256 mil millones de pesos a junio de este año, atribuyéndolas a una caída en los ingresos, pérdidas cambiarias y un aumento en el costo de ventas. Estas dificultades financieras son un reflejo de su crisis operativa. En julio de 2024, Pemex produjo en promedio 1,7 millones de barriles diarios de hidrocarburos líquidos, muy por debajo del máximo histórico de 3,4 millones en 2004.

Un futuro incierto bajo la administración Sheinbaum

El plan de rescate de López Obrador, que prometía elevar la producción a 2,5 millones de barriles diarios, no ha cumplido sus objetivos. Ahora, Rodríguez Padilla ha establecido una meta mínima de 1,8 millones de barriles diarios, suficiente para abastecer a las refinerías de Pemex, incluida Dos Bocas.

La experta en energía y petróleo, Miriam Grunstein, considera que aunque Rodríguez Padilla es un investigador con amplio conocimiento del sector, las soluciones propuestas durante este sexenio han dejado a Pemex en una posición vulnerable. La cancelación de asociaciones con privados y subastas de campos petroleros han contribuido a la actual crisis, y la relación del próximo gobierno de Sheinbaum con el sector privado aún es incierta.

Fluvio Ruíz Alarcón, exconsejero independiente de Pemex, coincide en que la petrolera no está «muerta», pero admite que enfrenta numerosos desafíos. Aboga por una reforma fiscal que dé mayor autonomía presupuestaria a Pemex y le permita salir de su crisis financiera.