- La pareja de Mazatlán vinculada al lavado de “Los Chapitos”.
- Diez de sus empresas ya fueron bloqueadas.
- Lujo, maquillaje y bienes raíces: así construyeron su emporio José Raúl Núñez y Sheila Urías.
José Raúl Núñez Ríos y Sheila Paola Urías Vásquez construyeron una vida de aparente éxito y emprendimiento en Mazatlán. Él, un abogado convertido en empresario inmobiliario con múltiples desarrollos frente al mar. Ella, influencer de belleza y dueña de un spa de lujo y una tienda de vestidos. Sin embargo, este lunes, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos desmanteló la fachada al incluir sus nombres en la lista de sancionados por lavar dinero para el Cártel de Sinaloa, particularmente para la red criminal de Los Chapitos.
La pareja figura como facilitadora financiera del grupo liderado por Iván Archivaldo Guzmán Salazar. De acuerdo con las autoridades estadounidenses, Núñez financia las operaciones de Víctor Manuel Barraza Pablos, jefe de plaza en Mazatlán, y ha fundado o adquirido al menos una docena de empresas como parte del esquema de lavado. Diez de estas han sido sancionadas.
Empresas de lujo con dinero ilícito
El entramado empresarial de la pareja abarca inmobiliarias, constructoras, clubes de playa, comercializadoras y negocios de belleza. Desde Grupo 247, su primera inmobiliaria fundada en 2019, hasta Sea Wa Beach Club y Bloquera Real MX, todas cumplen funciones específicas dentro del esquema de lavado de dinero: adquirir lotes, construir, vender, rentar y hasta promover en redes sociales.
Según expertos, estas empresas funcionan como una cadena estructurada para legalizar grandes cantidades de dinero en efectivo, aprovechando lagunas legales del sector inmobiliario y turístico en México.
El rol de Sheila Urías
Sheila Paola Urías, maquilladora e influencer, es pieza clave en la red. A través de sus empresas de belleza y moda, construyó una imagen pública respetable. Incluso, su hermana Melissa fue candidata a diputada local por el Partido Verde. Sin embargo, en los registros fiscales, Urías aparece como administradora o socia en empresas estratégicas para mover recursos.
Los analistas financieros señalan que este tipo de estructuras —con socios visibles y otros en las sombras— son comunes para ocultar a los verdaderos beneficiarios del dinero ilícito.
La respuesta de Estados Unidos y el reto para México
El caso de esta pareja es ejemplo del nuevo enfoque de Washington, que ha comenzado a sancionar a quienes facilitan el funcionamiento económico de los carteles. Expertos como Luis Pérez de Acha y Salvador Díaz de León coinciden en que estos entramados operan dentro del marco legal, pagando impuestos y simulando actividades lícitas, lo que dificulta su detección sin una investigación financiera profunda.
Tras las sanciones, las empresas vinculadas han sido bloqueadas en EE.UU. Se espera que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) en México tome medidas similares para congelar cuentas y bienes.








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