- Jorge Romero: Los retos y controversias del nuevo líder del PAN.
- Deberá decidir si mantendrá la alianza con el PRI y buscará nuevas afiliaciones.
- El nuevo dirigente tiene además el reto de reactivar la afiliación al partido.
El Partido Acción Nacional (PAN) tiene nuevo dirigente: Jorge Romero. Tras su elección, Romero enfrenta la compleja tarea de revitalizar al partido conservador, que en los últimos comicios sufrió una de sus derrotas más significativas. El desafío es crucial, pues en 2027 la oposición buscará arrebatar a Morena la mayoría calificada en el Congreso, clave para contrarrestar las reformas constitucionales que el oficialismo ha impulsado sin mayores contrapesos.
Romero también deberá decidir si mantendrá la alianza con el PRI y buscará nuevas afiliaciones para fortalecer la base del partido. Sin embargo, su ascenso no ha estado exento de polémica. Romero asume el cargo en medio de acusaciones de corrupción relacionadas con su gestión en la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México, donde se le vincula al denominado “Cártel Inmobiliario”. Esta red supuestamente implicaba sobornos de empresas constructoras a funcionarios panistas a cambio de permisos de construcción, algunos de ellos irregulares. La presidenta Claudia Sheinbaum ha recordado públicamente estas acusaciones, tachándolo de ser “el jefe del Cártel Inmobiliario”.
A pesar de que Romero obtuvo el 80% de los votos de los militantes, su elección no estuvo exenta de controversia interna. Adriana Dávila, quien compitió contra él, denunció que la contienda fue una simulación, organizada por la dirigencia saliente para beneficiar a Romero. A esto se suman las críticas de figuras panistas, como el expresidente Felipe Calderón, quien cuestiona la alianza con el PRI y el estancamiento en las preferencias electorales.
El nuevo dirigente tiene además el reto de reactivar la afiliación al partido. Actualmente, el PAN cuenta con solo 277,000 militantes, el mínimo para conservar su registro nacional. La baja participación en la reciente elección interna —apenas del 45%— es un reflejo de la apatía entre sus bases.
Romero deberá, además, decidir el futuro de la coalición opositora en el Congreso. En una reciente declaración, sugirió mantener la colaboración legislativa con el PRI, pero “pausarla” en las próximas elecciones. Sin embargo, su postura genera dudas, ya que la fragmentación de la oposición podría dejarla sin peso frente a la mayoría de Morena en el Congreso.
Mientras el PAN enfrenta un camino lleno de retos, la viabilidad de su recuperación depende en gran medida de la credibilidad de Romero y su capacidad para ofrecer un liderazgo que revitalice al partido.
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