- Hawala: El sistema clandestino utilizado por los cárteles chinos.
- Un mecanismo de transferencia informal de dinero con orígenes en la Ruta de la Seda.
- El escándalo sobre esta célula china destapado gracias a una filtración realizada por el grupo hacktivista autodenominado Guacamaya.
En marzo de 2018, elementos federales que seguían los pasos de una célula de narcotraficantes sudamericanos en México, descubrieron una red de personas de nacionalidad china que operaban como “banqueros” del crimen organizado. Esta célula no solo se encargaba de transferir dinero ilícito a través de un sistema financiero clandestino conocido como hawala, sino que también estaba involucrada en el tráfico de órganos de animales exóticos y especies protegidas.
El hawala, un mecanismo de transferencia informal de dinero con orígenes en la Ruta de la Seda, utilizado durante siglos para eludir los controles del sistema financiero internacional. Según documentos a los que se tuvo acceso, los investigadores interceptaron comunicaciones de la célula criminal a través de ocho números telefónicos que permitieron descubrir que, además de su actividad financiera, la organización operaba principalmente en zonas de la Ciudad de México como Polanco, Tlalpan y Zona Rosa.
De acuerdo con un informe militar filtrado, “la célula de chinos trabaja para cualquier organización (no necesariamente para las dedicadas al narcotráfico) que requiera el manejo de dinero entre Estados Unidos, México, Centro y Sudamérica, utilizando el método hawala con dólares americanos”. Esta red delictiva, por lo tanto, facilitaba el movimiento de dinero en la región y más allá, utilizando un sistema ajeno a las instituciones financieras tradicionales.
El escándalo sobre esta célula china destapado gracias a una filtración realizada por el grupo hacktivista autodenominado Guacamaya, que el 23 de enero de 2022 hizo públicos los correos electrónicos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), donde se detallaban las investigaciones en curso. En esos correos, también se mencionaba que, ese mismo año, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) había empezado a identificar registros de operaciones inusuales en diversas entidades financieras, donde se presumía el uso del sistema hawala para fines tanto legales como ilícitos.
La revelación de este esquema de lavado de dinero y tráfico ilegal pone en evidencia la magnitud de la delincuencia organizada que se oculta detrás de métodos poco convencionales y dificulta el control de la economía global, afectando la seguridad nacional y la estabilidad financiera de la región.
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