- Guanajuato: la crisis de violencia que apunta a fuerzas del orden.
- Con estos asesinatos, suman siete agentes estatales ejecutados en apenas mes y medio.
- En los últimos años, León ha sido foco de atención por el control que los grupos criminales ejercen.
La violencia en Guanajuato ha dado un nuevo giro alarmante: los ataques del crimen organizado ahora se dirigen contra policías estatales. La madrugada del martes, sicarios asesinaron a tres agentes, quienes además eran hermanos, en sus domicilios en una comunidad de Guanajuato capital. Dos de ellos trabajaban como custodios de la cárcel estatal en León, mientras que la tercera era agente de seguridad pública.
Con estos asesinatos, suman siete agentes estatales ejecutados en apenas mes y medio. El 1 de noviembre, tres custodios del penal estatal fueron emboscados y asesinados cerca de la comunidad de Los Ramírez, en León. A principios de diciembre, otra agente estatal fue ejecutada en Abasolo. Estas cifras consolidan a Guanajuato como el estado más peligroso para policías en México, con 50 agentes asesinados en lo que va del año, según la organización Causa en Común.
El epicentro de la violencia: León y su sistema penitenciario
En los últimos años, León ha sido foco de atención por el control que los grupos criminales ejercen dentro de sus cárceles. Según David Saucedo, analista del crimen organizado, “los conflictos en las calles se replican al interior de las prisiones”. Los custodios, muchas veces forzados a colaborar con el crimen, se convierten en blanco de represalias cuando rechazan sobornos o toman partido en los enfrentamientos internos.
La guerra por el control de Guanajuato involucra a tres grandes cárteles: el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Santa Rosa de Lima. Estas organizaciones criminales disputan la venta de droga al menudeo, el control de ductos de Pemex y las extorsiones, lo que mantiene a la entidad con altos índices de violencia.
¿Una estrategia de seguridad fallida?
La reciente oleada de ataques coincide con cambios en la estrategia de seguridad estatal. Bajo la administración de la gobernadora Libia García, se realizaron ajustes importantes, como la renuncia del fiscal Carlos Zamarripa, quien estuvo al frente durante más de 15 años, y la llegada de un nuevo secretario de seguridad, Juan Mauro González.
“Con la gestión anterior, había instrucciones de mantener un perfil bajo en el combate al crimen. Ahora, el nuevo secretario ha dado órdenes de adoptar una postura más ofensiva, lo que ha generado ataques directos contra los agentes estatales”, explica Saucedo.
Un estado atrapado en la violencia
Aunque Guanajuato ha logrado reducir ligeramente los homicidios en los últimos dos años, las cifras siguen siendo alarmantes. En 2023 se registraron 3,132 asesinatos, y el panorama para 2024 no parece ser más alentador. En su peor momento, en 2020, el estado contabilizó 5,370 homicidios, un pico que refleja la magnitud de la crisis de seguridad.
Los recientes asesinatos de policías ponen en evidencia la fragilidad de las instituciones encargadas de garantizar la seguridad en Guanajuato. Con una violencia que trasciende las calles y se infiltra en las instituciones, el estado enfrenta el enorme desafío de recuperar la paz y la confianza ciudadana.
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