• El regreso del gusano barrenador pone en jaque a México.
• Este parásito causa miasis, una enfermedad parasitaria que afecta gravemente a los animales.
• En Chihuahua, el principal exportador de carne de México, se han dejado de mover más de 110,000 becerros.

El regreso de la mosca Cochliomya hominivorax y su parásito, el gusano barrenador, está sembrando preocupación en el sector ganadero de México y Centroamérica.

Este parásito, conocido por alimentarse de tejidos vivos de animales de sangre caliente, incluyendo al ganado y, en raros casos, a los seres humanos, ha desatado una crisis sanitaria que amenaza la seguridad alimentaria en la región.

La amenaza del gusano barrenador

Aunque el gusano barrenador fue erradicado a fines de los años 90 en varias naciones centroamericanas, su resurgimiento ha sido impulsado por la ganadería ilegal y los flujos migratorios. Este parásito causa miasis, una enfermedad parasitaria que afecta gravemente a los animales y que, en muchos casos, puede resultar fatal. El problema no es menor: desde el año pasado, más de 40,000 casos han sido detectados en Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala.

México también ha sido afectado por este brote. En noviembre, se registró el primer caso positivo en Chiapas, seguido de un segundo en Frontera Hidalgo, en la frontera con Guatemala. Ante este panorama, Estados Unidos suspendió las exportaciones de ganado mexicano el 22 de noviembre, lo que ha tenido consecuencias económicas devastadoras para los ganaderos.

Pérdidas millonarias y el impacto en la exportación

Las pérdidas son palpables en el sector ganadero. En Chihuahua, el principal exportador de carne de México, se han dejado de mover más de 110,000 becerros, lo que equivale a pérdidas que oscilan entre 25 y 30 millones de dólares por semana. Con el nerviosismo palpable entre los ganaderos, muchos se ven forzados a solicitar créditos mientras enfrentan la imposibilidad de mover su ganado, lo que agrava aún más la crisis.

Alfonso Deandar, presidente de la Asociación Ganadera de Ciudad Juárez, expresó su preocupación por el impacto de esta suspensión: «Nos preocupa que esta situación se extienda y no podamos vender nuestros becerros ahora que viene una de las campañas más fuertes del año».

Nuevas medidas y estrategias de control

En respuesta a esta crisis, Estados Unidos y México han implementado medidas más estrictas en las inspecciones de ganado. El Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA), junto con Senasica, presentó un protocolo más detallado para garantizar la seguridad en las exportaciones. Entre las nuevas medidas se incluye la desparacitación obligatoria con ivermectina y una revisión exhaustiva de las heridas en los animales antes de cruzar la frontera.

El riesgo no se limita a las pérdidas económicas, también afecta la salud animal. «Al alimentarse de tejido vivo, las larvas causan daños severos, y si no se controlan, pueden llevar a la muerte de los animales», explicó Rocío Campuzano, especialista en Sanidad Agropecuaria del IICA.

Un esfuerzo regional

Frente a la magnitud del problema, México, Centroamérica y la República Dominicana han lanzado un plan regional para erradicar el gusano barrenador. Este plan se centrará en controlar la movilización del ganado, intensificar la vigilancia epidemiológica y dispersar moscas estériles, un método probado que contribuyó a la erradicación de la plaga en décadas pasadas.

Panamá, único país con una planta productora de moscas estériles, ha sido clave en este esfuerzo, enviando suministros a México y otros países de la región.

«El uso de moscas estériles es la última fase de erradicación», explicó el director general de Salud Animal de Senasica, Juan Gay Gutiérrez.

El costo de la erradicación

Las autoridades mexicanas advierten que si la plaga se extendiera, erradicarla nuevamente podría costar hasta 830 millones de dólares. Si el brote afectara a Estados Unidos, las pérdidas podrían superar los 1,000 millones de dólares anuales. Mientras tanto, se sigue trabajando para controlar el brote y evitar que la situación empeore.