Remesas, migración y comercio: el G-7 pone frente a frente a Sheinbaum y Trump por primera vez

por | 16/06/2025

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  • El G-7 pone frente a frente a Sheinbaum y Trump por primera vez.
  • La presidenta mexicana busca encarar la crisis migratoria y comercial desde un terreno neutral y con estrategia regional.
  • ¿Podrá contener al impredecible Trump?

Kananaskis, Canadá.– En medio del ruido por las redadas migratorias en California y con la tensión diplomática en aumento, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se prepara para sostener su primer encuentro cara a cara con Donald Trump. El escenario: la cumbre del G7 que arranca este lunes en la provincia canadiense de Alberta, un espacio neutral que le permitirá marcar el tono y proyectar liderazgo regional frente a un interlocutor impredecible.

El encuentro entre ambos mandatarios ocurre en un momento particularmente sensible para la relación bilateral. Las redadas y la militarización de la política migratoria estadounidense han provocado protestas en varias ciudades, especialmente en California, un estado de mayoría demócrata que se ha convertido en blanco del discurso de Trump. En ese contexto, la cumbre del G7 ofrece a Sheinbaum un entorno más controlado para conducir su mensaje hacia múltiples audiencias, no solo hacia su contraparte republicana.

“Será un momento interesante e inédito”, apunta Guadalupe González, investigadora del Colegio de México, quien considera que Sheinbaum ha actuado con inteligencia al aceptar la invitación a un foro que permite encuadrar la conversación en términos multilaterales y no en la lógica bilateral, donde México suele estar en desventaja.

La presencia de México en esta cumbre, además, le brinda la oportunidad de abordar temas sensibles como las remesas, los aranceles, el trabajo migrante y hasta aspectos sanitarios como la expansión del gusano barrenador, todo desde una óptica regional y no aislada.

Un foro para negociar en terreno seguro

Tanto González como la historiadora Erika Pani, del Centro de Estudios Históricos del Colmex, coinciden en que el G7 representa un entorno ideal para que Sheinbaum fije postura sin quedar atrapada en los vaivenes de la política estadounidense. “Trump es volátil. Puede ser cordial o destructivo, y eso no ayuda en la diplomacia. Por eso, en el G7 se puede acotar la agenda, fijar el formato del encuentro e incluso capitalizar el costo político si Trump se niega a dialogar”, dice González.

Sheinbaum ha mantenido hasta ahora una estrategia de cabeza fría y lenguaje moderado, que le ha permitido ganar tiempo y evitar confrontaciones abiertas, a la espera de que Trump pierda fuerza en el Congreso o que cambien las condiciones políticas en Estados Unidos. Sin embargo, la presión ha aumentado: las redadas masivas en California y el envío de tropas a ese estado —sin solicitud oficial— podrían derivar en un conflicto constitucional interno para el republicano, que también enfrenta crecientes críticas por los efectos económicos de sus políticas migratorias.

“Lo que Sheinbaum debe destacar no es solo el respeto a los derechos humanos de los migrantes, sino su valor económico: pagan impuestos, ocupan empleos indispensables y su ausencia ya se nota en sectores clave como el campo y la hostelería”, afirma González.

Del bilateralismo a la cooperación regional

Otro de los ejes centrales del encuentro será la relación comercial trilateral entre México, Estados Unidos y Canadá. En un momento donde Canadá enfrenta presiones internas para actuar de forma más independiente en asuntos económicos, y Estados Unidos da señales similares, México busca evitar la fragmentación del TMEC. De ahí que este foro también se presente como una ventana para empujar un formato tripartita que equilibre los intereses regionales frente a los impulsos proteccionistas del trumpismo.

“Una reunión trilateral sería más favorable para Sheinbaum. En grupo es más fácil hacer valer lo regional frente a un socio tan volátil”, señala Pani.

Aunque la mandataria mexicana tiene previsto abandonar la cumbre este martes, la agenda sigue abierta a encuentros bilaterales o multilaterales de alto valor estratégico. La interrogante clave será cómo reacciona Trump frente a una interlocutora que no juega al choque directo, pero que llega con una agenda firme y con legitimidad de origen.

“Con Trump no hay nada obvio. Lo importante será demostrar los espacios de mutua conveniencia sin dejarse arrastrar por provocaciones”, concluye Pani.

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