- El Cártel de Sinaloa apunta a estudiantes de química.
- Tradicionalmente asociados con sicarios y actividades violentas, los cárteles ahora buscan talentos académicos.
- A pesar del peligro inherente, el atractivo financiero resulta irresistible para muchos.
En un insólito y alarmante giro en la crisis del fentanilo, los cárteles mexicanos están dirigiendo sus esfuerzos de reclutamiento a las universidades del país, buscando estudiantes de química que puedan aportar conocimientos avanzados a la producción de esta droga mortal.
Un caso reciente ilustra esta tendencia. Un reclutador del Cártel de Sinaloa ingresó a un campus disfrazado de conserje y logró contactar a un estudiante de segundo año de química.
“Hemos escuchado cosas buenas de ti”, le dijo, mientras le ofrecía un adelanto de 800 dólares y un salario mensual del doble del promedio de un químico en México. Aunque el joven quería ayudar a su familia y a su padre enfermo, la idea de fabricar un producto que causa muertes masivas le repugnaba.
La nueva estrategia de los cárteles
Tradicionalmente asociados con sicarios y actividades violentas, los cárteles ahora buscan talentos académicos para optimizar la producción de fentanilo. Los “cocineros”, responsables de fabricar la droga, reconocen que necesitan especialistas en química capaces de sintetizar precursores químicos, compuestos esenciales para la elaboración de opioides sintéticos.
Según un reportaje del New York Times, estudiantes y profesores han confirmado que el reclutamiento en universidades es una práctica común. En algunos casos, los estudiantes participan en experimentos para mejorar la potencia del fentanilo o desarrollan nuevos precursores. Un profesor de química relató cómo algunos alumnos se matriculan específicamente para aprender técnicas aplicables a la producción de drogas.
Impacto de la pandemia en las operaciones delictivas
La pandemia de COVID-19 ralentizó las cadenas de suministro globales, impulsando a los cárteles a reducir su dependencia de insumos importados de China. Documentos filtrados por hackers en 2020 revelaron que el Cártel de Sinaloa buscaba contratar profesores de química para sintetizar precursores localmente.
Autoridades estadounidenses confirmaron que, en los últimos años, numerosos químicos jóvenes han sido detenidos en laboratorios clandestinos, donde trabajaban para perfeccionar la droga y aumentar su producción.
Riesgos y beneficios
A pesar del peligro inherente, el atractivo financiero resulta irresistible para muchos. Trabajar en laboratorios de los cárteles implica riesgos como exposición a sustancias tóxicas, explosiones accidentales y la posibilidad de sufrir represalias por errores. Sin embargo, los salarios ofrecidos superan con creces los ingresos de empleos legales.
El reclutador del cártel explicó que buscan candidatos con conocimientos teóricos, inteligencia práctica y discreción.
“Hay flojos, algunos que no son listos, algunos que hablan demasiado”, dijo, destacando la dificultad de encontrar el perfil adecuado.
Un escenario preocupante
Si los cárteles logran independizarse de los insumos extranjeros, el control total de la producción de fentanilo marcaría una nueva fase en la crisis de opioides. Autoridades estadounidenses advierten que esto facilitaría la transferencia masiva de drogas hacia Estados Unidos, exacerbando una crisis ya devastadora.
La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha llamado a la “colaboración internacional” para frenar el envío de precursores desde Asia, mientras que en Estados Unidos, el expresidente Donald Trump promete medidas agresivas contra los cárteles, incluyendo aranceles y posibles intervenciones militares.
Mientras tanto, en las aulas de química, los estudiantes enfrentan una difícil elección entre el peligroso mundo del narcotráfico y un mercado laboral legal con pocas oportunidades.
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