- De víctima a acusada: el caso de Mafer Turrent expone fallas.
- Turrent, originaria de Veracruz, difundió un video antes de arrestarla, narrando los abusos sufridos junto a sus hijos.
- El caso generó indignación entre colectivos feministas, quienes señalaron posibles irregularidades.
El caso de María Fernanda Turrent ha sacudido los cimientos de la justicia en la Ciudad de México. La mujer, quien denunció en 2023 a su expareja, Édgar González, por violencia de género, enfrentó una serie de demandas en su contra, incluida una por sustracción de menores, que la llevaron a detenerla el pasado 22 de enero y recluida en la prisión de Santa Martha Acatitla.
Sin embargo, tras una audiencia de 10 horas, la jueza de control decidió no vincularla a proceso por este delito y ordenó su liberación, marcando un precedente en la aplicación de la perspectiva de género.
Una historia de violencia y resistencia
Turrent, originaria de Veracruz, difundió un video antes de arrestarla, narrando los abusos sufridos junto a sus hijos por parte de su expareja. En el material, se incluyeron audios y videos que mostraban episodios de maltrato físico y psicológico. “Soy Mafer Turrent, por proteger a mis hijos quieren meterme a la cárcel”, denunciaba en el mensaje, acompañado de grabaciones en las que se escuchaba a González amenazándola y ejerciendo violencia.
En septiembre de 2023, tras años de abuso, Turrent decidió separarse de su pareja y solicitar medidas de protección para sus hijos. En enero de 2024, logró recuperarlos después de un periodo de retención por parte de González, gracias a la presión social y mediática. Sin embargo, la lucha legal no cesó, enfrentando múltiples procesos judiciales promovidos por su expareja, quien buscaba desacreditarla y dejarla sin la custodia de los menores.
Respuesta de las autoridades y feministas
El caso generó indignación entre colectivos feministas, quienes señalaron posibles irregularidades en el actuar del Poder Judicial. La secretaria de las Mujeres, Citlalli Hernández, calificó la situación como «indignante» y alertó sobre un modus operandi en el que hombres con poder económico manipulan el sistema para perpetuar la violencia contra sus exparejas e hijos.
En respuesta, Bertha Alcalde Luján, titular de la Fiscalía de la Ciudad de México, destituyó a Miguel Ángel Barrera, fiscal de Delitos Cometidos en Agravio de Niñas, Niños y Adolescentes, y anunció medidas para evitar el influyentismo y garantizar que las investigaciones incluyan un análisis contextual y consideren el bienestar de las infancias.
Una victoria parcial
Aunque la jueza determinó que Mafer Turrent actuó para proteger a sus hijos en un entorno de violencia, todavía enfrenta otras dos carpetas de investigación: una por supuesto fraude procesal y otra por quebrantamiento de correspondencia. Su abogado, Miguel Ángel Aguilar, destacó que el caso sienta un precedente importante al considerar la perspectiva de género en las decisiones judiciales.
Hoy, Turrent está libre, pero su camino en busca de justicia aún no termina. Este caso se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia de género y la urgencia de erradicar las prácticas corruptas e influyentismo en el sistema judicial.
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